
Tarde Décima. Hacer bien por mal. Las virtudes personales.
Si tenéis valor para hacer bien al que os ha hecho mal, respondo de vosotros; todas las demás virtudes os parecerán un juego.
De todas las virtudes esta es, hijos míos, la más noble y difícil. Si tenéis valor para hacer bien al que os ha hecho mal, respondo de vosotros; todas las demás virtudes os parecerán un juego. Es la venganza más noble, y la única permitida que se puede tomar; el que obra así se cree tan superior a su enemigo, que le es imposible aborrecerle; y si el corazón del contrario no está enteramente cerrado a la virtud, no podrá menos de volver en sí y abrigar también generosos sentimientos. Para que os penetréis bien de esto, os voy a contar un apólogo en el cual el hacer bien por mal tiene un realce superior a la probidad y humanidad.
Un padre de familia, cargado de años y riquezas, quiso partir con tiempo entre sus tres hijos el fruto de sus trabajos e industria. Después de haber hecho tres porciones iguales y señalado a cada uno su parte, sacó un diamante de gran valor, y prometió darlo a aquel que supiese merecerlo mejor por alguna acción noble y generosa, para lo cual les señaló el término de tres meses.
Partieron los tres hermanos por distintos caminos, y habiendo vuelto a la casa paterna al fin del plazo fijado, contó el hermano mayor a su padre lo que sigue.
"Padre, durante mi ausencia, una persona extraña se vio en el caso de depositar en mi poder todo su dinero; yo no le di ningún recibo, ni ella podía presentar prueba alguna leal, ni siquiera el menor indicio de la confianza que habia hecho de mí; con todo, cuando pasaron las circunstancias que le obligaron a entregarme el dinero, se lo volví todo fielmente. ¿No he hecho en esto una cosa laudable?
- Has hecho, respondió su padre, lo que debias hacer, y debías morir de vergüenza a haberte conducido de otro modo, porque la probidad es un deber; tu acción no pasa de ser justa, no llega a ser una acción de generosidad."
El segundo hijo defendió su causa en estos términos:
"Durante mi viaje, pasaba por las orillas de un lago a tiempo que cayó en él un muchacho; iba a ahogarse, me arrojé al agua y le salvé la vida a la vista de todos los habitantes del pueblo, que pueden atestiguar la verdad del hecho.
- Obraste muy bien, interrumpió su padre; mas no veo nobleza en tu acción, lo que encuentro en ella es humanidad."
En fin, el hermano menor tomó la palabra y dijo:
"Padre, en virtud de una calumnia he tenido un enemigo que me perseguía de muerte; huyendo de él una noche, le encontré dormido al borde de un abismo, y él no lo sabia. El menor movimiento que hubiera hecho al despertar no podía menos de precipitarle a la sima; su vida estaba en mis manos. Con todo, fui muy despacito, le desperté con las precauciones convenientes, y le liberté del peligro, haciéndole ver que no le habia ofendido."
¡Ah! hijo mío, exclamó el buen padre lleno de gozo y abrazándole tiernamente; nadie puede disputarte la sortija: tenla."
-
5016
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
No hay cosa más fácil, como ya se ha dicho, que dar consejos, ni más difícil que tomarlos.
-
Sobre las conversaciones triviales que se tienen en sociedad.
-
Una relación de las acciones que deben evitarse en presencia de otra persona.
-
Deberes respectivos entre la persona que exige un servicio, y aquella a quien se exige.
-
El desaliñado, el que no se asea, es insoportable a la vista de los demás.
-
No es decoroso, después de haberse ensuciado o lavado las manos, el secarlas con los vestidos propios o ajenos, o en una pared, o en cualquier otro lugar que pueda ensuciar a alguien
-
El gabinete de una mujer es un nido muelle y perfumado, en donde descansa de sus cuidados domésticos y mundanos.
-
El gorro de noche debe colocarse de forma precisa para que no estropee ni el cabello ni el peinado.
-
Corresponde a la persona más cualificada de los presentes ser la primera en desdoblar la servilleta
-
Dice un conocido refrán: "De bien nacidos es ser agradecidos". La ingratitud es de personas poco educadas.
-
En una visita, cuando nos ofrezcan comidas o bebidas, las aceptaremos después de alguna instancia.
-
Si los hombres no se adulasen unos a otros, no habría sociedad.