
Las desgracias en sociedad.
Cuando a alguno de nuestros deudos o amigos le haya sobrevenido una desgracia, le manifestaremos la parte que en la misma nos tomamos.
Las desgracias en sociedad.
Cuando a alguno de nuestros deudos o amigos le haya sobrevenido una desgracia, le manifestaremos la parte que en la misma nos tomamos, como también nuestro deseo de aliviarle, diciendo según el caso: "siento en el alma le pesar que aflige su corazón de Vd. por tal adversidad"; pero "si mi persona y facultades pueden contribuir a su consuelo, las emplearé gustosa en su obsequio". "Celebraré que Vd. se alivie". " Para lo que se ofrezca, mándeme Vd. sin reserva, o me alegro de la mejoría, o que siga el alivio ". "Todos hemos de pagar tarde o temprano el tributo común al Criador, y debemos conformarnos con sus altos juicios"; "procure Vd. consolarse con la dulce convicción de que la madre de Vd., en premio de sus virtudes estará ya gozando de mejor vida". "Acompaño a Vd. en el justo dolor que le cabe por la muerte inesperada de su apreciable hermano, rogando al mismo tiempo al Señor le conserve a Vd. muchos años como el único que puede reemplazar una pérdida tan lamentable", o simplemente: "Salud para encomendarle a Dios".
El desgraciado que llora una pérdida sensible, gima en buena hora dentro de sí mismo, o desahogue su llanto en el seno de su fiel amigo; pero absténgase de llevar a la sociedad su pesadumbre, y quédese en casa con ideas melancólicas.
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