![Logo Protocolo y Etiqueta](https://www.protocolo.org/extra/desimg/xcombined_proto_logo_idx_462x60.png.pagespeed.ic.5ZOHUrny0M.png)
En qué consiste la verdadera Civilidad
La civilidad, no es otra cosa que la modestia y honradez que cada uno debe guardar en sus palabras y acciones
foto base Free-Photos - Pixabay
Los preceptos de la civilidad
Aquella urbanidad
La civilidad, no es otra cosa que la modestia y honradez que cada uno debe guardar en sus palabras y acciones. No consiste solo, a mi parecer, en la buena gracia, o en un cierto aire y atractivo, que es como natural en las acciones de muchos que tienen un talento particular de la naturaleza para agradar en todo, y no disgustar en nada.
Para adquirir este dichoso agrado, no hay preceptos ciertos, porque esta es una pura liberalidad de la naturaleza. Y como es cosa de poca importancia el agradar a los ojos del cuerpo, si al mismo tiempo no tenemos la dicha de complacer a los del alma, por esta razón no hemos de buscar solamente este embeleso exterior como el principio de la verdadera civilidad, sino que debemos aspirar a alguna cosa más sólida, que manifieste la buena disposición del interior, más bien que la superficial.
Te puede interesar: Aquella urbanidad. Artículos históricos sobre la urbanidad
En efecto, si gustásemos solamente de la buena gracia exterior, los que tienen alguna notable incomodidad corporal, pasarían por unos monstruos en la vida civil, en lugar que teniendo un alma bella, y bien cultivada, pueden ser sus acciones tan agradables como las de las personas más bien formadas.
Yo, considero, que para establecer las reglas de la verdadera civilidad, no era menester más que deducir bien las de la decencia; porque esta no es otra cosa que una cierta modestia y pudor, que debe acompañar a todas nuestras acciones; y sería muy a propósito el hablar de esta virtud, si yo me considerase capaz de ello; porque fuera enseñar a un mismo tiempo el medio de adquirir esta política y este agrado, que sabe conciliarnos tan bien el afecto y el aplauso de todos.
-
18181
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Las costumbres domésticas influyen notablemente en el modo como nos conducimos entre extraños; porque no basta saber las reglas de buena crianza, es preciso tener la costumbre de practicarlas.
-
El autor interpreta la etiqueta y el ceremonial de la corte española como un código que promueve el orden y la jerarquía
-
Los sitios de delante pertenecen exclusivamente a las mujeres; los caballeros se colocan un poco detrás, aunque los puestos de delante estén desocupados.
-
La imprudencia, esa hija de la vehemencia en el pensamiento y de la intemperancia en la expresión
-
Urbanidad de las distintas maneras distintas de hablar.
-
No es decoroso ni cortés hablar de forma presuntuosa de un banquete o de una comida a la que uno asistió.
-
El principio de la urbanidad es captarse la estimación general por medio de las impresiones agradables que produce nuestro trato
-
Las actividades de las señoras en sociedad. Los elogios que recben de los caballeros.
-
En sociedad hay que preocuparse de uno mismo y de los demás, concediendo el tiempo justo a cada uno en la medida en que sea necesario.
-
Antes de soltar la lengua informaos de los genios de aquellas personas con quienes estéis en sociedad, porque en todas partes abundan más las cabezas desarregladas, que las de sano juicio.
-
Las tertulias y encuentros amenizados por un músico u orquesta.
-
No puede haber héroe que no tenga algún extremo sublime: las medianías no son asunto del aplauso