
Cartas jocosas ¿Qué poner?
La crítica y la sátira deben atacar los vicios, ridiculizándolos, no empero a los viciosos
foto base StockSnap - Pixabay
Cómo escribir una carta jocosa o animada
Aquella urbanidad
Como hay cartas que solo sirven para mantener una correspondencia no interrumpida entre dos personas, sin más objeto que éste, ni tratarse en toda ella de negocios particulares; no ocurriendo de continuo en los parajes donde se escriben novedades que merezcan ocupar el papel; se hace indispensable ejercitar la pluma en materias diferentes, ya sean morales, ya eruditas, ya científicas, ya críticas, ya descriptivas, etcétera.
Cuando el asunto se trata en un tono dogmático, el estilo de la carta debe ser conciso pero claro, nervioso pero demostrativo; y por lo regular lleva consigo la sequedad y aridez que no a todos agrada; y a la mayor parte fastidia. Pero como, por otra parte, todo el que sigue una correspondencia de esta especie, para no malgastar el tiempo debe proponerse algún objeto útil e instructivo, se hace indispensable, que procure amenizar esta utilidad e instrucción, para hacerla dulce y agradable, y este debe ser el objeto de las cartas jocosas.
En éstas pueden comprederse la sátira, la crítica, y las descripciones, o pinturas que deben hacerse vivas y animadas, acompañándolas siempre de aquella sal que sazona, y tal vez pica; pero esta ya da indicios de malignidad; por consiguiente, es menester evitarla, y mucho más la sal que escuece, cuya malignidad es refinada. Escritores hay, y poetas, que en sus críticas y sátiras, mezclan hiel y acrimonia, y convierten, a veces, sus escritos en libelos infamatorios perjudicialísimos y criminales.
Te puede interesar: ¿Qué es el buen gusto? Citas y frases
Aun cuando estas cartas sean dirigidas confidencialmente a un amigo u otra persona de confianza, pueden correr de uno en otro, y tal vez por casos inesperados aparecer en público. Y aunque nada de esto suceda, siempre debe mirarse como una murmuración detestable, y que puede ser perjudicialísima.
La crítica y la sátira deben atacar los vicios, ridiculizándolos, no empero a los viciosos. Estos son más dignos de lástima que de insultos. Los avisos que se les dirijan nunca han de ser mordaces, ni dirigidos a persona conocida, porque es infamarla.
La narración de las acciones viciosas siempre ha de hacerse disimulada, y las reprehensiones que sean lisongeras, ingeniosas y agudas. Exigen también la decencia, pues que si las palabras, frases, o expresiones son bajas o torpes, causarán más bien enfado que risa a los hombres sensatos.
El objeto de risa puede sacarse ora de la misma persona que escribe, ora de otras, u ora finalmente de las cosas que se dicen o se hacen.
-
17467
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Las reglas de urbanidad son las que fomentan y conservan las sociedades.
-
La ocasión más oportuna para tratar de un negocio es la primera; pero el hombre de juicio señala el tiempo propio para el estudio y despacho de sus negocios. Las más de las veces se desperdicia mucho tiempo por mala elección, o falta de método en
-
La reputación de los ancianos procura estimación a aquellos a quienes honran con su amistad. Solo su experiencia puede sugerir los consejos necesarios en la carrera de la vida
-
En la mesa es donde se ve la torpeza y mala educación del hombre que no es buen gastrónomo
-
La importancia de la memoria y la voluntad en las acciones diarias de una persona de bien.
-
No creáis que las buenas amistades se hacen de repente.
-
El comedor de una, para hallarse bien situado, debe estar cerca de la cocina o bien puede estar en la propia cocina, cuando el tamaño de la estancia lo permita
-
La conversación es el palenque en donde se ponen a prueba todas las cualidades de talento, amabilidad y finura.
-
Una parte fundamental de la imagen, además del vestuario, es la higiene y el aseo personal.
-
Los profesores son como nuestros padres en la escuela, a los que debemos hacer caso en todo lo que nos dicen y a los que debemos respetar.
-
El respeto a las autoridades y los tratamiento debidos a su cargo y posición.
-
Hay otras diversiones que no están permitidas al cristiano en modo alguno, ni por las leyes de la religión ni por las reglas de la cortesía