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Reuniones sociales. Saludos y presentaciones. Despedidas

Las presentaciones se hacen en una primera toma de contacto, mejor por una tercera persona. Si no la hay, nos podemos autopresentar

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Los saludos y las presentaciones son fundamentales para todo tipo de situaciones
La importancia de saber saludar y saber presentar. Los saludos y las presentaciones son fundamentales para todo tipo de situaciones

Saber presentar, saludar y despedirse

El saludo es un gesto de cortesía universal, aunque se haga de distinta forma en algunos países. Cuando acudimos a cualquier tipo de acto o evento social (cóctel, buffet, fiesta...), saludamos de forma cordial a las personas que conocemos. Lo que ocurre es que nos encontramos con otras personas a las que no conocemos. En determinados casos y por la razón que sea, queremos conocer a esas personas; o la inversa, ellas tienen interés en conocernos. Entonces, surge la necesidad de hacer las presentaciones correspondientes.

Este interés mutuo hace que busquemos el momento más apropiado para hacer las correspondientes presentaciones. Para saber quién es quien en la fiesta.

Quién presenta a quien

Para hacer de forma correcta una presentación, debemos utilizar una fórmula infalible para las presentaciones. Aunque en ambientes distendidos, no suele haber un 'protocolo' estricto para realizar las presentaciones, usaremos la fórmula de menos a más. Es decir: 

- el joven se presenta al de mayor edad,

- el menos 'importante' al más 'importante'

- y, por reminiscencias del antiguo protocolo, el hombre a la mujer.

No obstante, hay que considerar situaciones especiales que pueden dar lugar a cambios en estas reglas (como por ejemplo, una señora o señorita joven y un hombre de edad avanzada).

La fórmula de la autopresentación

Si hay que tener en cuenta, que en un encuentro social de varias decenas de personas es imposible conocer a todas ellas, y ser presentado una por una. Para casos en los que los anfitriones están realmente ocupados con tantos invitados, podemos optar por la fórmula de la autopresentación, para darnos a conocer.

Dos hombres se saludan
Saludar. Dos hombres se saludan

Para cualquier tipo de presentación, no debemos olvidar que debemos mirar a la cara de la otra persona, por importante que sea. Es muy poco educado desviar la vista, o bajar la mirada al suelo.

¿Cómo realizamos las presentaciones?

Una vez que hemos llamado la atención de la persona que queremos presentar, nombramos primero al "de menor categoría" y después al otro. La persona "de mayor categoría" tiende su mano derecha, mostrando de este modo que desea conocer a la otra persona.

Si en vez de una persona, es un grupo de personas (cosa en habitual en este tipo de reuniones sociales) debemos seguir también el orden de "importancia" de las personas presentes en el grupo. El mayor problema se presenta cuando, como es normal, no se conoce de forma cierta y concreta el rango o "categoría" de todos los presentes. No suele revestir mayor problema hacerlo (en ambientes informales) hacerlo por puro orden de colocación. Ahora bien, no lo haga en encuentros formales o de gran gala. Es mejor que se informe antes.

Si existe cualquier tipo de enfrentamiento o enemistad (personal o profesional), deberá dejarla a un lado, y por supuesto, no rechazar jamás la mano. La educación está por encima de todo eso.

Si queremos facilitar la "introducción" del presentado al grupo, podemos indicar el trabajo o las aficiones que tiene, para dar pie a un tema de conversación inicial. Será un detalle muy agradecido por todos los presentes.

Generalmente, las personas más importantes, cuentan con un secretario, ayudante de protocolo o un cargo similar, que les ayuda en estas tareas de presentación a los invitados que estimen oportuno hacerlo. Ya que en reuniones con gran cantidad de personas, como suele ser normal, es imposible conocer a todas ellas y sus rangos. Por eso salvo estas grandes autoridades o personalidades, se suele utilizar la fórmula de la autopresentación.

Debemos tratar siempre de relacionarnos con otros invitados, y no "arrinconarnos" en un lado de la estancia, permaneciendo en solitario durante toda la velada.

Qué hacer cuando olvidamos el nombre de la persona que nos han presentado

Debemos recordar hablar con tono de voz adecuado, fuerte y claro para que entiendan bien los nombres y apellidos de las personas. No obstante, si no hemos entendido alguno, no dudemos en preguntar de nuevo: "Perdone, su nombre era ... , su apellido era ...", no lo he escuchado bien ... no lo he entendido bien ...

En el momento inicial, trataremos a todas las personas de usted, hasta que ellas nos digan lo contrario. Olvidemos el tuteo, tan frecuente en la actualidad. No es uno más moderno por utilizar el tuteo a la primera de cambio.

Si se siente incómodo, o un poco apartado de una conversación con otra persona o un grupo de personas, despídase de forma educada, con cualquier fórmula de cortesía: "Perdonen, pero acabo de ver entrar a un amigo. Discúlpenme, voy a saludarle"; "Ha sido un placer charlar con ustedes, pero me tengo que ir (o tengo que dejarles)"; y otras fórmulas similares.

Procure no autopresentarse, o presentar a otras personas, cuando vea que están ocupadas o en una conversación privada. Debemos procurar no hacer intromisiones a destiempo. Sobre todo con las personas más conocidas. Tampoco haga una autopresentaciones a personalidad o autoridades importantes (nadie se autopresenta al Rey o a un Primer Ministro).

Y como siempre, haga caso a su sentido común, y todo irá a la perfección.

 

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