
Llegó la hora y los nervios a flor de piel. Hablar en público (con vídeo)
Cuando se domina el tema y se está preparado, la seguridad nos hace estar menos nerviosos
protocolo.org
Hablar en público: dominar el tema ayuda a tener una mayor seguridad
Dicen los expertos, que los nervios, si no son excesivos, ayudan a tener un mayor nivel de adrenalina en nuestro cuerpo, y agudizan nuestra capacidad intelectual. No obstante, podemos tomar una infusión o cualquier otro tipo de bebida -no alcohólica- o alimentos que nos haga sentir mejor.
Una buena preparación previa, a la que habíamos hecho referencia con anterioridad, es fundamental, para perder o controlar mejor los nervios. Cuando se domina el tema y se está preparado, la seguridad nos hace estar menos nerviosos.
Una buena opción es estar entretenidos antes de nuestra intervención -charlando con otras personas, leyendo, etcétera-. Estas actividades nos ayudan a tener la mente ocupada en otra cosa.
Si aun así, salimos nerviosos a realizar nuestra intervención, hay que procurar no hacerlo notar al público con tics, gestos -tocarse la nariz, meterse las manos en los bolsillos, etcétera-, golpecitos en el micrófono o en el atril, golpecitos con el bolígrafo, doblar papeles... Como un buen actor, debemos saber disimular nuestro nerviosismo, y no transmitir esa sensación al público, que suele ser muy receptivo.
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Es el momento de hablar, fuera nervios
Llegado el momento, hablemos como si estuviéramos solos en nuestra casa frente al espejo; hablemos con naturalidad. Cuidado con empezar a hablar utilizando el recurso de una falsa modestia -dudando de la razón por la que nos han invitado o cosas por el estilo-; o hablando demasiado sobre nosotros -aunque seamos el homenajeado, por ejemplo-.
Fijemos la atención del público, nada más empezar, con un esquema general de la intervención. Esta primera impresión es importante al comienzo, ya que de ella depende, en gran medida, el éxito posterior de nuestra intervención. Atraer la atención del público desde el principio es importante.
Hay que elegir un tono de voz adecuado y un ritmo "ligero", que no haga demasiado monótona la intervención.
Utilizando todos los recursos a nuestro alcance -citas, anécdotas, curiosidades, etcétera- hay que procurar mantener la atención constante de su público. Todas las "armas" que sean efectivas para conseguir la atención del público debemos tenerlas preparadas para usarlas si fuera necesario.
Los gestos que nos dan indicios de nerviosismo, inseguridad o incomodidad
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