Reseña histórica de la Bandera Nacional.

Por los breves apuntes que acabamos de transcribir sobre el blasón de España, se viene en conocimiento de que los colores o esmaltes que han dominado siempre en los escudos de los diversos reinos de la Península son el rojo y el oro o amarillo, y que, principalmente desde los tiempos de la Reconquista, es decir, cuando se empieza a formar la idea de la unidad nacional, hasta nuestros días, estos dos colores son los que resaltan más en nuestras divisas, puesto que se sabe que el pendón de Pelayo era rojo, y el que llevó Colón al Nuevo Mundo era también de este color, que se conservó hasta que la Casa de Austria mandó que las banderas y estandartes de los ejércitos españoles de mar y tierra fueran blancos, con el escudo Real en el centro; pero a pesar de dicha orden, notamos que en aquellos tiempos se usaron uniformes rojos en muchos cuerpos de nuestras tropas, y hasta en las banderas mismas se conservó algo este color, porque había varias de listas rojas y blancas, y otras con una cruz roja en el centro (la de Borgoña), resaltando también el color nacional en las armas Reales, cuyo esmalte principal, como hemos visto, era el de gules.

Durante la guerra de sucesión, el rojo fue el color de los españoles que combatieron unidos con los franceses, que usaron entonces los colores rojo y blanco como distintivo, y sin duda por este recuerdo el Rey Don Felipe V dispuso en el decreto reorganizando la Infantería española, de 28 de Febrero de 1707, que la bandera del primer batallón fuese blanca, con la cruz roja de Borgoña en el centro, y que los demás batallones llevasen, además de la bandera con los colores del escudo de la provincia o ciudad de que tomaban sus respectivos nombres, la bandera decretada para el primero de ellos.

El Rey Don Carlos III mandó, en su decreto de 28 de Mayo de 1785, que la bandera nacional fuese roja y amarilla, tal como se usa hoy, no sólo por establecer una gran diferencia con la de Francia, como aseguran muchos, apoyándose en que nada consta, en el expediente instruido con motivo de este decreto en el Ministerio de Marina, sobre los móviles que le impulsaron a escoger estos colores, sino con pleno conocimiento de la tradición y de la historia, puesto que en el mismo se ve que rechazó unos once modelos que le presentaron, en los que no están colocados los colores con las proporciones que en el adoptado, donde se conservan las razones históricas y heráldicas que, sin duda, debió tener en cuenta al designar éste, en el que predomina el rojo, color histórico de España, y el oro o amarillo de las figuras principales de nuestro escudo.

Desde esa época, la bandera nacional no ha sufrido ninguna alteración; pero los regimientos de infantería siguieron usando sus banderas diferentes, como disponía el Real decreto de 1707, hasta que en 1843 el Gobierno Provisional promulgó el siguiente DECRETO:

«Siendo la bandera nacional el verdadero símbolo de la Monarquía española, ha llamado la atención del Gobierno la diferencia que existe entre aquélla y las particulares de los cuerpos del ejército. Tan notable diferencia trae su origen del que tuvo cada uno de esos mismos cuerpos; porque formados bajo la denominación e influjo de los diversos reinos, provincias o pueblos en que estaba antiguamente dividida la España, cada cual adoptó los colores o blasones de aquel que le daba nombre. La unidad de la Monarquía española y la actual organización del ejército y demás dependencias del Estado, exigen imperiosamente desaparezcan todas las diferencias que hasta ahora han subsistido, sin otro fundamento que el recuerdo de esa división local, perdida desde bien lejanos tiempos.

Por tanto, el Gobierno Provisional, en nombre de S. M. la Reina Doña Isabel II, ha venido en decretar lo siguiente:

Artículo 1.°

Las banderas y estandartes de todos los cuerpos e institutos que componen el ejército, la armada y la Milicia Nacional, serán iguales en colores a la bandera de guerra española y colocados éstos por el mismo orden que lo están en ella.

Artículo 2.°

Los cuerpos que por privilegio u otra circunstancia llevan hoy el pendón morado de Castilla, usarán en las nuevas banderas una corbata del mismo color morado y del ancho de la de San Fernando, única diferencia que habrá entre todas las banderas del ejército, a excepción de las condecoraciones militares que hayan ganado o en lo sucesivo ganaren.

Artículo 3.°

Alrededor del escudo de armas reales que estará colocado en el centro de dichas banderas y estandartes, habrá una leyenda que expresará el arma, número y batallón del regimiento.

Artículo 4.°

Las escarapelas que en lo sucesivo usen los que por su categoría o empleo deben llevarlas, cualquiera que sea la clase a que pertenezcan, serán de los mismos colores que las expresadas banderas.

Artículo 5.°

Los adjuntos modelos se circularán por todos los Ministerios a sus respectivas dependencias, para que por todos los individuos sean conocidas y observadas las disposiciones contenidas en este Decreto.

Dado en Palacio a 13 de Octubre de 1843.

Joaquín María López. El Ministro de la Guerra, FRANCISCO SERRANO.»

Además, el 17 de Octubre de 1843 se publicó una Real orden del Ministerio de la Guerra, disponiendo que el cambio de escarapelas, banderas y estandartes tuviera lugar el 8 del próximo mes de Diciembre, y poco después se dictó también la siguiente Real orden, sobre la forma de las escarapelas nacionales:

«Enterado el Gobierno Provisional de que las nuevas escarapelas establecidas por el Decreto de 13 de Setiembre próximo pasado no se llevan con la uniformidad debida, se ha servido resolver que todas las que se usen, ya sea en morrión o en sombrero apuntado, sean precisamente circulares, con estricta sujeción al modelo que acompaña al expresado Decreto.

Lo que de su orden digo a V. E. para su conocimiento, y para que inmediatamente disponga lo necesario para corregir los abusos que en esta parte han empezado a notarse. Dios, etc. Madrid 8 de Noviembre de 1843. Serrano. Señor ...

En 1869, al tratar de variar la bandera y las escarapelas nacionales, se consultó a la Academia de la Historia, que emitió con fecha 5 de Junio del mismo año un luminoso informe, lleno de citas y de pormenores curiosísimos, que obra en el expediente instruido al efecto en el Ministerio de Estado, juntamente con el de cambio del escudo de armas, pero a pesar del parecer de la Academia, en 1871, se publicó también el siguiente Real decreto:

«De acuerdo con el Consejo de Ministros, Vengo en restablecer en todos sus efectos el Decreto del Gobierno Provisional de 13 de Octubre de 1843, relativo al uso de banderas y escarapelas en los cuerpos del Ejército y Armada y funcionarios de las dependencias del Estado, quedando derogadas todas las disposiciones que se opongan a lo preceptuado en dicho Decreto. Dado en Palacio a 19 de Marzo de 1871. Amadeo. El Presidente del Consejo de Ministros, Francisco Serrano.»

Este decreto no ha sido derogado, a pesar de que en 1873 se trató de cambiar la bandera por una tricolor, con la adición del morado, según resulta de un apasionado informe que existe en dicho expediente, quedando como insignia nacional la bandera de dos fajas rojas y una amarilla en el centro, colocadas horizontalmente, tal como la decretó Carlos III.