![Logo Protocolo y Etiqueta](https://www.protocolo.org/extra/desimg/xcombined_proto_logo_idx_462x60.png.pagespeed.ic.5ZOHUrny0M.png)
Medios de conseguir la felicidad. Urbanidad y sociedad.
La felicidad en este mundo no consiste en poseer muchas riquezas y honores, sino en tener el corazón sosegado y contento.
Medios de conseguir la felicidad.
El que tuviere de su persona el cuidado que hemos dicho, podrá esperar con mucha razón la felicidad posible en este mundo, y la mayor en el otro.
La felicidad en este mundo no consiste en poseer muchas riquezas y honores, sino en tener el corazón sosegado y contento. Cualquier ciudadano o artesano que puede vivir honradamente con su trabajo, que tiene el corazón tranquilo, y está contento con su suerte, es tan feliz como el mayor Monarca. Y para lograr esta tranquilidad y alegría se necesita: en primer lugar, pensar bien, y obrar con rectitud, porque el hombre malo se ve siempre perseguido de los remordimientos de la conciencia, que turban su interior; y en lo exterior se ve expuesto a la enemistad y a los castigos que pueden darle los otros hombres en esta vida, y además a las eternas penas que le esperan en la otra.
En segundo lugar, es preciso que los que son pobres aprendan algún oficio, o tomen alguna profesión con que puedan ganar la vida honradamente; y aun los que son ricos deben aplicarse con ardor al estudio, para poder ser útiles a su patria, ocupar agradablemente el tiempo, y huir de la melancolia, que es la inseparable compañera de la ociosidad, y el mayor tormento imaginable.
"Hay que estar contento con lo que cada uno tiene y alcanza con su trabajo"
En tercer lugar, es menester guardarse de todos los males, así morales como físicos, absteniéndose de todas aquellas cosas que pueden producir aflicciones en el ánimo o enfermedades en el cuerpo. Y cuando a pesar de nuestro cuidado nos veamos con aflicciones o enfermedades, no debemos abandonarnos al abatimiento, sino sufrirlas con valor, y procurar cuanto antes podamos remediarlas o compensarlas.
En cuarto lugar, debemos estar contentos con los bienes que Dios nos diere, y que podamos alcanzar con nuestro trabajo, y no inquietarnos ni afanarnos por tener más. Los deseos desordenados son nuestros mayores enemigos; porque ocupándonos incesantemente con el afán de conseguir lo que no tenemos, nos impiden gozar con tranquilidad la que poseemos.
-
6590
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Al lado de las reglas severas de la etiqueta y de los placeres ceremoniosos de una sociedad, hay que valorar la felicidad de la vida doméstica, y las satisfacciones pequeñas.
-
Las leyes de la moral imponen al hombre que vive en sociedad, la obligación de ser prudente, discreto, circunspecto, indulgente.
-
No paséis mucho tiempo sin bañaros todo el cuerpo, y frotaros bien con una toalla; sobre todo debéis limpiaros los pies cuantas veces lo exija el estado en que se encuentren, particularmente en verano.
-
Servir la mesa de forma ordenada y correcta es todo un arte, así como saber realizar otras tareas propias de un buen anfitrión.
-
Se cuidará mucho de no ocupar los asientos con objetos y no llevar perfumes exagerados ni alimentos de olor fuerte que puedan incomodar a los otros viajeros.
-
El que se equivoca y tiene la franqueza de confesarlo, obra con nobleza. El que trata de evadirse de alguna cosa por medio de una mentira, es un hombre despreciable y cobarde.
-
Las niñas deben tener respeto a sus padres. abuelos, hermanos y, en general, a todo el mundo con el que se relacione.
-
Manifestar siempre en todos los casos una opinión exactamente conforme con la del interlocutor, aun cuando ésta se rectifique, constituye una disposición de ánimo determinada por muy distintas causas
-
El que sabe puede empeñarse y obrar de fantasía; pero saber poco y arriesgarse es voluntario precipicio.
-
La ley de Moisés no admitía en los tribunales el testimonio de un extranjero.
-
El joven no debe huir de la conversación de las mujeres honestas, porque solamente en compañía de ellas aprenderá a templar la efervescencia de la edad, y a dar finura y gracia a sus modales
-
Las visitas son indispensables para sostener las buenas relaciones de la amistad, y es preciso que pongamos especial cuidado en hacerlas oportunamente.