El cabello y el tocador al levantarse.
Para sacar los cabellos de los algodones se aguardará a que estén ya fríos, porque si no se tomase esta precaución no se rizarían.

Del tocador al levantarse.
Si durante la noche se ha transpirado por la cabeza, y los cabellos estuviesen húmedos, no se ha de quitar el gorro o el pañuelo sino algunos minutos después de dejada la cama; y de todas maneras no se han de quitar los algodones inmediatamente.
Para sacar los cabellos de los algodones se aguardará a que estén ya fríos, porque si no se tomase esta precaución no se rizarían. Quitados los algodones, se irán desenredando con las puntas ralas del peine poco a poco para no arrancar o romper los cabellos; después se pasa el peine fino que debe ser de madera y bien hecho, es decir, que sus dientes tengan una fuerza igual.
Peinados suficientemente los cabellos, se acabará de asearlos con un cepillo de cerdas delgadas, ni demasiado blando, ni demasiado duro. Para acepillar los cabellos deben estar divididos por mechas como antes de poner los algodones.
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