El cabello y el tocador al levantarse.
Para sacar los cabellos de los algodones se aguardará a que estén ya fríos, porque si no se tomase esta precaución no se rizarían.
Del tocador al levantarse.
Si durante la noche se ha transpirado por la cabeza, y los cabellos estuviesen húmedos, no se ha de quitar el gorro o el pañuelo sino algunos minutos después de dejada la cama; y de todas maneras no se han de quitar los algodones inmediatamente.
Para sacar los cabellos de los algodones se aguardará a que estén ya fríos, porque si no se tomase esta precaución no se rizarían. Quitados los algodones, se irán desenredando con las puntas ralas del peine poco a poco para no arrancar o romper los cabellos; después se pasa el peine fino que debe ser de madera y bien hecho, es decir, que sus dientes tengan una fuerza igual.
Peinados suficientemente los cabellos, se acabará de asearlos con un cepillo de cerdas delgadas, ni demasiado blando, ni demasiado duro. Para acepillar los cabellos deben estar divididos por mechas como antes de poner los algodones.
-
7203
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Manifestar que no perdéis una palabra de cuanto los otros dicen y que experimentáis los afectos que tratan de mover en vuestro ánimo, es un deber tan evidente que no necesita encarecerse.
-
Suele ser el escollo donde se estrellan las personas de talento, la piedra de toque de los caracteres de cada uno, y en la conversación es en donde se conoce a un hombre bien educado.
-
Con los hombres habemos de tratar, como con hombres y no como con Angeles; y así es necesario, que nuestra conducta con ellos sea proporcionada a nuestro estado común.
-
Cuanto menos están, los hombres ocupados en negocios propios, otro tanto quieren informarse de los ajenos.
-
Antes de soltar la lengua informaos de los genios de aquellas personas con quienes estéis en sociedad, porque en todas partes abundan más las cabezas desarregladas, que las de sano juicio.
-
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
-
Ser agradable es: poseer 'don de gentes'; 'tener ángel'; ser 'persona bienquista'; disfrutar de benévola acogida en todas partes; gozar, por la virtud del propio mérito...
-
La mentira es indigna de un hombre de honor, se descubre muy fácilmente en el mundo, y expone a un bochorno y la ridiculez.
-
Al llegarse a una persona, ya sea que se va a visitarla, ya que se la encuentre, es descortés gritarle en voz alta.
-
Máximas sobre los bailes y pasatiempos lícitos.
-
Muy bien se puede huir de un hablador en una tertulia, pero no hallo medio para sustraerse de él cuando se le encuentra en la calle.
-
Cuando se escribe a persona distinguida, se pone el título así: Excelentísimo Señor, aparte.