
Cartas de gracias o agradecimiento.
Dice un conocido refrán: "De bien nacidos es ser agradecidos". La ingratitud es de personas poco educadas.
Cartas de gracias o agradecimiento.
No hay cosa más sensible en el mundo que la ingratitud, y esta es muy frecuente entre los hombres. Es cierto que no hay placer más grande ni satisfacción más completa que hacer el bien; y todo bien debe hacerse sin esperar recompensa; pero cuando además de no retribuir el bien por bien, el fruto que se toma de un beneficio es una o muchas ingratitudes, el carácter más generoso se resiente de tales procedimientos, y se pica el amor propio.
No obstante, por más ingratitudes que se experimenten, jamás debe nadie arrepentirse de haber hecho el bien, ni desistir de hacerlo en lo sucesivo; porque el hecho de suyo encierra el premio en sí mismo; y nunca un beneficio queda sin recompensa siendo una de las cosas más gratas a nuestro Criador que jamás deja ni el menor mérito sin el galardón debido.
Esto supuesto, ya que haciendo el bien nos asemejamos al Ser Supremo, imitémosle también en el agradecimiento y si no está en nuestra mano corresponder con un beneficio mucho mayor que el recibido, a lo menos conozcámonos obligados a manifestar en el modo posible el reconocimiento de que nos hallamos penetrados, y cuando el bienhechor esté ausente, hagámoselo saber por cartas; y estas son las que se llaman cartas de gracias.
No dejan de ofrecer algunas dudas; porque es necesario medir las gracias que se tributan con los beneficios recibidos, y con los caracteres de los bienhechores. Porque si las muestras de reconocimiento son excesivas, o superiores al beneficio; propasando los justos límites, degeneran en una bajeza rastrera, y se convierten, a veces, en viles adulaciones. En todos asuntos es siempre conducente escribir con la dignidad que se debe uno a sí mismo, supuesto que las cartas son como unos espejos morales, por decirlo así, donde se representan las propiedades de los sujetos que las escriben.
Por otra parte, si el genio o carácter del bienhechor es nimiamente generoso y comedido, las gracias descompasadas ofenderán su modestia, y en vez de servirle de satisfacción, podrán mortificarle en cierto modo.
Estas son las reglas generales que deben observarse, pues no es posible prefijarlas particulares, por ser indeterminado el número de casos que pueden ofrecerse con respecto a los beneficios o favores recibidos, a la clase de personas a quienes se dan gracias, a sus diferentes caracteres, y a la clase también de los sujetos que escriben, pues que pueden ser superiores, iguales o inferiores.
-
17367
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Obligaciones para con los demás. Hay que conocer una serie de normas de cortesía y respeto para relacionarse con los demás
-
Las visitas de cortesía son una actividad social muy habitual entre personas conocidas y familiares
-
Cuando a alguno de nuestros deudos o amigos le haya sobrevenido una desgracia, le manifestaremos la parte que en la misma nos tomamos.
-
Comportamientos vulgares y poco políticos en la vida cotidiana.
-
No dependen las perfecciones de un solo agrado: tantos son los gustos como los rostros, y tan varios.
-
Dar a los niños una idea del arreglo, que deben seguir en en sus acciones, para hacerse amar de sus mayores, iguales e inferiores
-
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
-
Algunos consejos generales sobre lo que más favorece a las personas en el ámbito social para hacerse agradables a los demás.
-
La cortesía prohibe hacer revivir o echar en cara a otro los vicios que un largo arrepentimiento ha borrado.
-
Es preciso abrir los dientes para leer o hablar, articulando cada palabra claramente.
-
La imitación cuando es burla no es un comportamiento correcto ni educado. Hay que imitar a las personas urbanas y de buena crianza.
-
El amo debe cuidar mucho de que las conversaciones sean graciosas y amenas, sin hacerse malignas ni mordaces.