![Logo Protocolo y Etiqueta](https://www.protocolo.org/extra/desimg/xcombined_proto_logo_idx_462x60.png.pagespeed.ic.5ZOHUrny0M.png)
Acciones urbanas en la mesa.
En la mesa hay que comportarse de forma educada tanto a la hora de conversar como a la hora de tomar los alimentos.
Acciones urbanas en la mesa.
Las olivas pueden sin dificultad cogerse con los dedos desde el plato en que se hayan servido.
Es muy opuesto a la civilidad el roer y limpiar mucho los huesos y el sacar la médula que contengan.
El cuchillo, si no lo mudan en los diversos manjares que se sirvan, se limpiará al terminar cada uno de ellos con una migaja de pan, que se dejará en el borde del propio plato antes que el criado pase a recogerlo.
Es muy usado el fijar el pan en el tenedor cuando quiera empaparse en la salsa del propio plato. Cuando el convite es algo suntuoso, la salsa debe dejarse en el plato.
El pañuelo la sacaremos cuando nos sea preciso toser, estornudar o sonarnos. El escupir lo evitaremos durante la comida.
Las gracias que debemos dar a los comensales que nos sirvan o acerquen alguna cosa, no las omitiremos para con los criados.
El pan se acerca y ofrece a los comensales con el cuchillo y nunca con la mano.
Aunque algunas personas dan a título de fineza algún bocado de su plato a otros de sus comensales, no me parece nada propio el practicarlo, mayormente si en la mesa hay forasteros o desconocidos.
La servilleta debe estar colocada encima de los muslos durante la comida.
Los comensales deben también por su parte abstenerse de ensalzar directamente ningún plato; pues esto supone una desaprobación implícita de los demás platos que no se alaban.
Para tomar los manjares expresados -los que se pueden tomar con la mano-, no deben emplearse más dedos que el pulgar y el índice.
El pan debe cortarse sin separar la miga de la corteza.
También se sirven con cuchara, los guisados que se traigan a la mesa divididos en partes proporcionadas; los buñuelos, las croquetas y otros manjares fritos; los trozos de pescados de grande tamaño; los rellenos y los que contienen dentro de sí los grandes pasteles; las fresas y las frutas secas, si bien estas últimas se sirven y toman a veces con el cuchillo.
La perdiz se parte con cuchara.
La sandía se parte por en medio.
Algunos dicen que las frutas tiernas como el melocotón y la pera, deben mondarse antes de ofrecerse a una persona; mas esto siempre tiene el inconveniente de no ser muy adaptado a la limpieza, pues al mondarse es muy fácil que se toque con los dedos lo que haya de comer la persona a quien se ofrezcan.
-
16627
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
De los bárbaros a la civilización. El triunfo de los buenos modales y la racionalidad.
-
Hablar con otras personas requiere tener algunos conocimientos sobre cómo manejarse de forma correcta en una conversación
-
La formar de trocear y servir algunas carnes y pescados tiene mucho que ver con la destreza de la persona que corta y sirve
-
Al lado de las reglas severas de la etiqueta y de los placeres ceremoniosos de una sociedad, hay que valorar la felicidad de la vida doméstica, y las satisfacciones pequeñas.
-
El joven no debe huir de la conversación de las mujeres honestas, porque solamente en compañía de ellas aprenderá a templar la efervescencia de la edad, y a dar finura y gracia a sus modales
-
De las condiciones que la cortesía pide que acompañen a las palabras.
-
Las visitas deben ser recibidas en la sala que se tenga para tal objeto, adonde las mandará pasar la sirvienta.
-
La persona que se presentase en público vistiendo a su capricho, y no sometiéndose a las exigencias de las costumbres recibidas, no solo mostraría poco aprecio de sí misma, sino que haría alarde de menospreciar a los demás.
-
No olvidéis que el desventurado tiene necesidad de hablar de sus desgracias, pues mientras derrama sus angustias en el pecho de los demás siente como se aligera su peso.
-
Cuando se refiere un suceso, no debe ahogarse a los oyentes con un diluvio de noticias preliminares.
-
La sospecha de desacierto en el que ejecuta es evidencia ya en el que mira, y más si fuere émulo
-
El respeto es la base fundamental de la relación con los padres, amén del cariño y la obediencia.