Tratamientos y protocolo en medios escritos. Periódicos
El uso de los tratamientos en las noticias del periódico El País según su libro de estilo
Medios escritos: prensa. Tratamientos de cortesía y protocolo
En el periódico respecto a los tratamientos se tendrán en cuenta estas normas:
Sección 1: Normas generales.
En las páginas del periódico se suprimirá todo tipo de tratamientos honoríficos. Esta norma alcanza incluso a los de uso más corriente, como "don" y "señor", o sus equivalentes femeninos, delante de nombres y apellidos, excepto en miembros de la familia real. Esta restricción comprende también los siguientes casos:
- Los de "mister", "monsieur", "herr", "signor", etcétera, precediendo a un apellido extranjero.
- Los de "reverendo", "padre", "fray", "sor", "hermana" o "madre", en el caso de los curas y religiosos.
- El de "mosén", para sacerdotes catalanes.
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- Los de "eminentísimo", "reverendísimo" o "monseñor", cuando se trate de títulos eclesiásticos.
- Los de "excelentísimo", "ilustrísimo", "magnífico" o "doctor", para las dignidades civiles, militares o académicas.
Sólo puede hacerse excepción a esta regla en las citas textuales o si la información gana especial énfasis o significado.
Tratamientos o cargos de personajes ficticios
En cambio, se respetan (y se escribirán con mayúscula inicial) los tratamientos o cargos en los nombres de personajes de ficción, de entidades, del callejero, etcétera.
Ejemplos: "Don Quijote", "el Capitán Trueno", "el Conde de Montecristo", "hotel Reina Cristina", "calle del Príncipe de Vergara", "el colegio Infante Don Juan Manuel", "el Príncipe de Asturias, buque insignia".
En español, el "don" va siempre delante del nombre o de éste y uno o los dos apellidos ("don Luis", "don Luis Pérez"). En cambio, "señor" sólo se usa delante de los apellidos ("el señor Pérez", pero no, por vía de anglicismo, "el señor Luis Pérez"). Así se hará cuando se aplique la excepción prevista en el párrafo anterior, a no ser que, por razones del relato, convenga utilizar vulgarismos como "el señor Luis".
Los títulos de realeza o de nobleza ("rey", "príncipe", "conde", "lord") no siempre es necesario anteponerlos al nombre de sus poseedores, y nunca irán acompañados de los tratamientos anejos al título. Puede escribirse "el príncipe Felipe de Edimburgo", pero también "Felipe de Edimburgo"; se prefiere "la reina Isabel II de Inglaterra", por ser más sencillo y directo, a lo ampuloso de "su graciosa majestad la reina Isabel II de Inglaterra".
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Los países con monarquías vigentes suele conceder a los miembros de la familia real unos determinados tratamientos protocolarios