Lectura sobre la mesa (De «La Cocina Completa», de M. Mestayer de Echagüe, Marquesa de Parabere).
Soy del parecer que la mesa debe ponerse esmeradamente a diario, y para ello me fundo en dos razones muy poderosas.
Convivencia Social. Formación Familiar y Social. Tercer curso.
Soy del parecer que la mesa debe ponerse esmeradamente a diario, y para ello me fundo en dos razones muy poderosas. La primera, que, esmerándose a diario, un convite no supone el menor trastorno ni para el servicio ni para el ama de casa, y segunda y principal, que los primeros convidados son los individuos que componen la familia, y que una comida bien presentada y servida con esmero tiene un aliciente y un encanto especial.
Actualmente, el adorno de las mesas ha perdido su fastuosa suntuosidad para ganar en un refinamiento que debemos llevar al grado máximo de exquisitez hasta en sus más mínimos detalles.
La mantelería no debe estar recargada de bordados. Su lujo consiste en la riqueza de la tela (un buen damasco) y en el primor del sencillo bordado que debe adornarla. La cifra o monograma, de sobrio dibujo, en los manteles se coloca en un ángulo y en las servilletas en el centro. El mantel y las servilletas, de un blanco relumbrante, han de estar admirablemente planchados, con el aspecto de nuevo. Las servilletas, sencillamente dobladas, pues hace tiempo que los dobleces complicados están considerados como cursi («La Cocina Completa» no es un libro reciente; por eso la Marquesa de Parabere no alude a las mantelerías americanas).
La vajilla, los cubiertos de plata, la cristalería tallada, todo, debe estar esmeradamente limpio.
Sobre la mesa se pone primero un tapete de fieltro o un muletón muy grueso, cortado al tamaño de la mesa (el fieltro o muletón es imprescindible para que no hagan ruido los platos y los cubiertos al cambiarlos durante la comida); encima se coloca el mantel, cayendo sus puntas por igual hasta media altura de la mesa. El centro se adorna a capricho, con centros de plata antigua, bandejas, floreros, porcelanas (de Sajonia, Sévres, Rúan, del Retiro) o cristal artístico (Venecia, Bohemia, etc.).
Actualmente están de moda los pájaros de plata, de cristal o de porcelana; en medio se pone un centro y alrededor los pájaros que han de ser de la misma materia que el centro.
Los centros de flores se harán bajitos, pues si al primer golpe de vista un centro monumental de hermosas flores resulta precioso, durante la comida constituye un estorbo para los comensales, pues el muro de flores que los separa los impide verse.
La luz ha de ser indirecta; es decir, que las bombillas se disimulan en los frisos de la habitación, difundiendo una luz opaca y atenuada. En cambio, se colocarán sobre la mesa candelabros con una o con varias velas; siendo de una sola vela se pondrán en hilera o en las cuatro esquinas, y siendo de varias velas, en los dos extremos.
El adorno de la mesa tiene que ser sencillo, artístico, de buen gusto.
Por supuesto nada de palilleros, portacuchillos y zarandajas de bazar. Las personas que gozan de gran presupuesto y tienen arte y gusto para ello, pueden permitirse ciertas originalidades y fantasías, que no deben ser imitadas, pues nunca segundas partes fueron buenas.
El número de cubiertos debe corresponder al tamaño de la mesa, pues hay que tener en cuenta que cada comensal requiere un espacio de sesenta centímetros.
Se pone un plato llano por cubierto, colocándolo a tres o cuatro centímetros del borde de la mesa; a la derecha del plato se pone la cuchara de sopa y un cuchillo, y a la izquierda, un tenedor nada más.
Los vasos se colocan de izquierda a derecha, tantos como vinos se vayan a servir, y empezando por el vaso de agua; en el lado izquierdo se pondrá un platito de cristal, o a juego de la vajilla, para el panecillo (éste sin papel); delante del plato, pero ladeado a la derecha, un salerito individual, y entre cubierto y cubierto una jarrita o dos con agua; los vinos no se ponen sobre la mesa; los sirven los criados, indicando la procedencia (esto en las comidas de mucha etiqueta).
Si se pone mantequilla, se coloca ésta en platos individuales de cristal con su correspondiente palita o cuchillo plano (he puesto en letra bastardilla todo lo que no se dice en la lección para que se fijen bien en ello).
La servilleta se colocará sobre el plato; algunos la ponen sobre la mesa después de la cuchara y el cuchillo. Sobre la servilleta se pone el menú.
En las comidas y banquetes no se deben servir aperitivos ni entremeses ("hors-doeuvres"), reservándolos para el almuerzo.
-
993
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
La presidencia de una mesa, por regla general, es para los anfitriones salvo que la cedan a algunos de sus invitados.
-
En la mesa además de utilizar de forma correcta los cubiertos, hay que saber comportarse adecuadamente
-
Hay una gran cantidad de reuniones en torno a una mesa que tienen una finalidad distinta dependiendo de lo que se sirve, la hora del día, etcétera
-
El marisco es uno de los alimentos que puede ponernos en mayores aprietos a la hora de comerlo. Hay piezas que pueden ser realmente complicadas de comer con un poco de 'dignidad'
-
Una relación de los errores más comunes al manejar el vino y cómo evitarlos poniendo un poco de cuidado
-
Es el desayuno típico que se toma en el Reino Unido y en algunos otros lugares del mundo que estuvieron bajo su dominio
-
Uno de los alimentos más conocidos y extendidos por todo el mundo es la pizza. Pero, ¿sabemos cómo se debe comer una pizza?
-
Un centro de mesa es un elemento decorativo que ayuda a romper la uniformidad de una mesa sencilla
-
Un decálogo para convertir nuestra experiencia gastronómica (y la de los demás) en un placer y no en un infierno
-
Las cuberterías antiguas pueden ser unas auténticas cajas de sorpresas. Podemos encontrar cubiertos realmente extraños y curiosos
-
Una cena suele ser una comida mucho más relajada y tranquila que un almuerzo
-
El vestido principal de la mesa es el mantel. Es necesario elegir un mantel acorde a la decoración general de la mesa