La etiqueta y el fútbol
¿Pero a quién se le ocurre relacionar dos elementos tan discordantes como son la etiqueta y el fútbol? Lo cierto es que aunque con matices y acentos diferentes...
¿No tienen nada en común? Les demostraré que sí
El deporte ha existido desde siempre, aunque no con las connotaciones que tiene en la actualidad.
Los hombres primitivos lo practicaban de manera rudimentaria e informal en sus tareas diarias: combatían contra sus enemigos, se escapaban de los animales corriendo y se trasladaban de un lugar a otro por medio de la natación.
Los primeros Juegos Olímpicos como los conocemos en la actualidad tuvieron lugar en Grecia en el año 1892, en la pequeña ciudad de Olimpia. Se celebraban cada cuatro años igual que ahora, permitiendo enfrentar una gran variedad de deportistas, lo que dio origen al juego profesional a medida que se desarrollaban las disciplinas y el deporte iba tomando notoriedad en la sociedad.
¿Pero a quién se le ocurre relacionar dos elementos tan discordantes como son la etiqueta y el fútbol?
Lo cierto es que aunque con matices y acentos diferentes, la etiqueta está presente en todas las facetas del saber humano, lo mismo que las matemáticas, que por algo es llamada la reina de las ciencias. ¿Se imaginan a un médico que no sepa sacar sus cuentas, o a un periodista que no pueda relatar cuántos artículos ha escrito?
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Hay quienes creen que la etiqueta es cosa de moda, de mujeres o de clases sociales, algo completamente lejos de la realidad.
La etiqueta es cosa de todos y a todos nos sirve por igual, aunque algunos no lo acepten o no se den cuenta que la están usando, porque desconocen en verdad lo que es.
En cada actividad del hombre, y como dirían las feministas, de la mujer, (si bien según la Academia de la Lengua gracias a Dios ya no hay que separarlos), hay normas y protocolos, o sea, etiqueta, que dictaminan cómo deben hacerse las cosas para no ofender, insultar, injuriar, deshonrar o denigrar a algunos o a alguien, y esta es la verdadera esencia de la etiqueta, normas de conducta que hacen más agradable la convivencia.
Si nos fijamos en las reglas del tránsito, vemos por ejemplo anuncios que nos indican Poblado, Velocidad 40 Km. No rebase en las curvas. Baje las luces altas. Son normas de seguridad, pero también ¡Etiqueta!
¿Y en salud? Horas de visita a los enfermos de 6:00 a 8:00. No hable en voz alta. No suene la bocina. Reglas de consideración hacia el enfermo. ¡Etiqueta!
En el boxeo no faltan también las medidas: lo primero que hacen los boxeadores antes de iniciar el combate es saludarse con un toque de manos, o de guantes. ¿Y eso qué es? ¡Etiqueta!
¿Y dónde entra el fútbol? se estarán preguntando. Pues allá vamos.
Si golpean a un contrario, le gritan, lo patean o le halan la camiseta, ¡Tarjeta amarilla! Esta es una advertencia de que se cometió una falta que no se puede volver a hacer, ya que si se repite le pueden sacar otra tarjeta amarilla y estará fuera del juego. ¡Etiqueta!
Si se continúa con una mala práctica, sacarán la tarjeta roja: se hace al realizarse una falta muy grave con la que se pueda lastimar a otro jugador, y el que sea objeto de esta sanción, sale automáticamente del juego. ¡Etiqueta!
¿Y todo eso qué es? ¡Etiqueta! Modelos de comportamiento que fuera o dentro de un estadio marcan las pautas del buen vivir para ser mejores ciudadanos.
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Si usted desea liberarse un poco de tantas normas que para algunos resultan estresantes, ignórelas y vaya como quiera, pero con seguridad le meterán un golazo a su imagen y no tendrá tiempo extra para recuperarla.
Adelántese y anote usted un gol con la bola de su buena educación.
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