Entrevista a Larraitz Alcorta.

El protocolo no es ni antiguo ni un muermo sino pura comunicación.

Larraitz Alcorta y las relaciones institucionales ... y humanas.

Vive en un tercer piso cerca del Hotel de Londres y de Inglaterra con lo que domina la perspectiva de las obras del parking de La Concha. "Al principio el agujero era tan grande que daba miedo, veías el mar bajo la tierra". Es Máster en organización de eventos y relaciones institucionales por la Escuela Internacional de Protocolo.

Al poco de que quedáramos leí que el departamento de protocolo del Ayuntamiento de Pedreña había ofrecido su ayuda a la familia de Seve Ballesteros para organizar su funeral. Me acordé de tí.

Es totalmente lógico que alguien de protocolo deba intervenir en un acto así dado que, te lo puedes imaginar, superaría totalmente a la familia. Además, iba a asistir la Princesa de Asturias y cuando eso sucede, todo gira alrededor suyo. Por otro lado, en situaciones como esas, el responsable de protocolo tendrá que ser sumamente exquisito y humano para que la familia no tenga que, aparte de cargar con su dolor, estar continuamente haciendo reverencias y recordando cómo dirigirse a príncipes y ministros.

Me pregunto en qué se fijaría una diplomada como tú en organización de eventos, protocolo y relaciones institucionales, durante la boda del príncipe Guillermo con Catalina. ¡Qué festín para tí!

Me pareció ver que hasta la Casa Real británica, cuyo protocolo, pompa y circunstancia son auténtica leyenda, está cambiando suavemente, modernizándose. Aunque la Reina siga llegando, naturalmente, la última. Pero hubo muchos detalles a tener en cuenta.

¿La presencia de Camila Bowles al lado de su marido el príncipe Carlos, por ejemplo?

Sí sí, exacto. No la relegaron al ingrato papel de, no sé cómo expresarlo, "madrastra" del novio. Me sorprendió igualmente que el príncipe Harry tuviera que asumir, en cierta forma para con Guillermo el papel que le habría correspondido a Lady Di. Otra cosa me intrigó: la extraña colocación de los invitados. No estaban mirando hacia el altar sino, de alguna manera, en paralelo a él y al obispo que oficiaba la ceremonia.

¿Y la llegada de la familia?

La correcta: primero el príncipe Guillermo, luego los padres de Catalina. Después el padre del novio, el príncipe Carlos, acompañado de su esposa. Y al final, la novia asistida por su dama de honor.

Explícanos cómo el protocolo es comunicación y lenguaje visual.

Basta con ver cómo colocan las banderas detrás suyo o a su lado los distintos presidentes de Gobierno para darse cuenta de la información a veces subliminal que desean transmitir. Sarkozy, por ejemplo, juega con tanto arte con las enseñas de Europa y Francia que a unos les comunica su compromiso con la construcción de Europa y a otros que Francia es para él lo más importante.

¿Es verdad que en la primera clase a la que asististe en la Escuela de Protocolo plantaron en la pantalla una foto del Ayuntamiento donostiarra y dijeron que las banderas estaban mal colocadas?

Pues sí. Y te puedes imaginar por qué: donde está la de San Sebastián, decían, tendría que estar la española. Me quedé a cuadros, sin saber cómo explicarles que ...

Arriemos las banderas y hablemos de relaciones humanas, ¿el protocolo las favorece?

Estoy segura de que sí porque es mucho más, muchísimo más que saber cómo utilizar los cubiertos (cosa, por otra parte facilísima: siempre de fuera para dentro). Por supuesto que el religioso y regio es seco y estricto pero por lo demás, el protocolo nos rodea y hacemos uso de él sin saberlo. Cuando esperas a que todos los demás estén servidos para empezar a comer tú, eso es protocolo. Y cuando antes de llenar tu copa llenas las de los de tu alrededor, también.

Yo hubiese jurado que eso era, simplemente, buena educación.

Significa lo mismo. El protocolo abarca muchos mundos. No sólo la disposición de los distintos presidentes autonómicos en una mesa (algo perfectamente establecido por ley y norma) sino también la organización de la visita de un empresario extranjero, pongamos que de un país emergente, que viene a firmar un contrato con tu compañía. Si dispone de tiempo deberás organizarle una visita por la ciudad, una comida. Habrás averiguado sus gustos ... Eso es protocolo. O, simplemente, relaciones humanas.