El protocolo: una herramienta eficaz. Entrevista a Diego Zala

Hacer práctica nuestra vida en cualquier ámbito: protocolo y buenos modales

Entrevista a Diego Zala, experto en protocolo

El saber estar bien en cualquier situación o saber comportarse en distintos actos son dos de los aspectos que engloba el protocolo, la herramienta que "intenta hacer sencilla la vida de los demás". Así lo define Diego Zala, olitense experto en esta materia.

Diego Zala supo desde joven que se dedicaría al protocolo porque "siempre me ha gustado organizar, y eso en Olite lo saben muy bien", indica. Tras licenciarse en derecho en la Universidad de Navarra se trasladó a Madrid para realizar un máster en protocolo y desde entonces ha trabajado en ello.

¿Qué es el protocolo?

Es una herramienta para hacer práctica nuestra vida en cualquier ámbito, sea laboral, social o profesional. El protocolo sirve para acercar por un lado al poder político y poder económico a sus públicos objetivos, a través de varias herramientas. Se trata de hacernos sentirnos más seguros a nosotros mismos, de saber estar en cualquier situación; una comida de trabajo, una comida invitado en casa de tu jefe dice mucho de ti y a veces esas buenas maneras se pierden.

En el curso que imparte en Olite incide en el protocolo de igualdad.

En el protocolo tradicional se habla de muchas diferencias entre hombres y mujeres, pero queremos que el protocolo sea una herramienta para igualar. Una regla tradicional dice que dos mujeres en una mesa, socialmente no se deben de sentar juntas. Yo apuesto por cambiar estas reglas tradicionales. Si esas dos mujeres son dos concejalas, por su rango de preferencia legal les toca sentarse juntas. La entrada en juego de las parejas de hecho o matrimonios del mismo sexo nos lleva a tener en cuenta esa identidad de género. Hay que romper con el orden hombre-mujer-hombre-mujer e intentar igualar.

¿Se han ido perdiendo los modales en la mesa?

Los modales se adquieren en casa, pero también se aprenden. Además los modales en la mesa varían, no son normas de obligado cumplimiento como el protocolo oficial. Que tengas que izar cierta bandera en el Ayuntamiento es una norma legal, pero que tengamos que poner la servilleta a la derecha o a la izquierda es algo voluntario; que utilicemos la paleta de pescado para comer una dorada, facilita el comerte el pescado pero hay que saber utilizarla. Si en la mesa tenemos alguna duda con los buenos modales, lo que tenemos que hacer es imitar lo que hace el anfitrión.

Se habla mucho de cómo comer el marisco en las bodas.

Con este tipo de alimentos si tú decides que en tu menú vas a poner marisco vas a poner muchas complicaciones a tus invitados. Partiendo de esa base, o lo pones pelado o lo retiras del menú. No tiene ningún sentido que pongas un bogavante o una langosta sin pelar si la gente va sufrir para comérsela, no van a disfrutar de ella y lo van a pasar mal.

En los actos protocolarios oficiales, está todo bien atado, ¿qué lugar ocupa la improvisación?

Tiene que ocupar un lugar muy muy pequeño. El buen jefe de protocolo es aquel que lo tiene todo perfectamente estructurado y programado. En cualquier caso, también es buen jefe de protocolo aquel que sabe tener el plan B y resolver. El mejor jefe de protocolo es aquella persona que está detrás ordenando a los actores en el escenario pero que les ha hecho aprenderse muy bien un guión y en el momento que un actor falla él está de apuntador para guiarle. El mejor jefe es aquel que no se ve.

¿Cuales son los errores que más se cometen?

La ordenación de banderas es un error muy común, o la impuntualidad de los invitados porque no se les ha comunicado bien la hora. Los problemas de seguridad también están muy vinculados al protocolo. Tienes que controlar bien los accesos, porque si se crea un embudo en la puerta es un fallo de protocolo.

Cuéntenos algún ejemplo.

Hace muy poco tiempo se han visto errores gravísimos; que tres miembros de Greenpeace se cuelen en la cena oficial en la cumbre de Copenhague o la pareja norteamericana que se coló en la Casa Blanca en una cena oficial, por ese motivo ha dimitido la jefa de protocolo de la Casa Blanca. Es como si aquí se nos cuela Ana Obregón en la cena de Nicolas Sarkozy.

¿Se pierde la naturalidad con el protocolo?

La idea es que el protocolo ayude a que la persona sea ella misma, mantenga su personalidad sin peder la representatividad que conlleva. Hay unas normas de etiqueta, pero no debe perder su propia personalidad.

¿Hay alguna clave para estar siempre bien?

La naturalidad, si eres tú mismo no te vas a equivocar nunca, siguiendo unas normas básicas de comportamiento de saber estar. Tienes que ser tú mismo.