El protocolo aconseja sobriedad en la boda del Príncipe.
Pasar desapercibido es mucho más elegante que dar la nota.
Fuera los excesos. Se impone la discreción. Pasar desapercibido es mucho más elegante que dar la nota. El consejo vale para todo. Tanto para escoger un vestido como para comprar un regalo. Esta es la principal recomendación que realizan los expertos en protocolo a los invitados al enlace de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz.
Vaya por delante una advertencia fundamental: no es más elegante llevar pamela o mantilla. Tampoco lo es hacer la reverencia para saludar a la familia real. Quien lo haga, perfecto. Pero que lo ejecute bien. No hay nada peor que llevar algo en la cabeza sin estilo o equivocarse a la hora de hacer una genuflexión.
La boda real se celebrará a las once de la mañana. Es decir, todos los invitados deberán vestirse acorde con las reglas de la gala de día. El público no verá trajes como los del enlace entre Federico de Dinamarca y Mary Donalson, que tuvo lugar por la tarde. Los hombres lucirán chaqué y las mujeres irán de corto y sus vestidos no excederán de la rodilla. El blanco y el negro están prohibidos. "El primero robaría protagonismo a la novia y el segundo es un color de luto", explica el presidente de la escuela internacional de protocolo de Madrid, Carlos Fuente. A su juicio, los tonos más apropiados son los pasteles. "Los colores o los estampados chillones no serían una buena elección", insiste.
ELEGANCIA EN LOS GESTOS. El protocolo dictamina que la mujer que opte por la pamela no se la deberá quitar. Ni en la misa ni en el almuerzo. "Mucha gente cree que ese complemento es sinónimo de elegancia, pero ser elegante es otra cosa. Es tener buenos modales, saber caminar y saber saludar correctamente", concluye el experto, tras recordar que la gala de día impone el tacón para las señoras.
Respecto a los regalos, el presidente de la escuela de protocolo asegura que éstos no deben tener un excesivo valor material. "El arte es lo más socorrido, pero no se debe obsequiar a los novios con oro ni diamantes porque implican ostentación. Lo mejor es buscar un detalle bonito, algo que les haga ilusión", afirma.
Fuente también insiste en que, a la hora de saludar a la familia real, no es más respetuoso hacer la reverencia --bajar la cabeza en el caso de los caballeros o inclinar la rodilla en el de las mujeres-- que dar un saludo normal. El sábado, las señoras llevarán vestido corto. Es decir, se les notará si inclinan bien o mal la rodilla. Un último consejo: antes de meter la pata, es preferible optar por una salutación normal.
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