El protocolo para estar frente al Papa.
Con motivo de la próxima visita del Sumo Pontífice a México, hacemos un recuento de los puntos clave para guardar la etiqueta frente al papa Benedicto XVI.
Protocolo ante visita al Papa.
Pocos. Son muy pocos los hombres y mujeres que saben perfectamente cómo deben vestirse, dirigirse y hablar en su primer encuentro con el máximo representante de la Iglesia Católica. Así que con motivo de la próxima visita del Sumo Pontífice a México, hacemos un recuento de los puntos clave para guardar la etiqueta frente al papa Benedicto XVI quien, por si fuera poco, también es jefe del estado Vaticano.
Cómo se le debe hablar.
De entrada, lo primero que se debe realizar al estar frente al Santo Padre, es hacer una reverencia en la que al inclinar el cuerpo, el rostro quede cerca de la mano del Papa, quien la extenderá con el fin de que el interlocutor bese el anillo, símbolo de su autoridad que sólo comparten los obispos y otros príncipes de la iglesia. En eso consiste el saludo.
El saludo al sumo pontífice.
Es importante aclarar que no se debe besar la mano del llamado Obispo de Roma, sino la sortija de oro que ocupa uno de sus dedos, la cual tiene en su superficie el sello del Vaticano: dos llaves que representan la manera en que San Pedro puede abrir las puertas del cielo. La llave de plata las cierra mientras que la de oro las abre. Ese es el ritual que en estricto sentido deben seguir todos los católicos; de no ser creyentes de esta religión, entonces a Joseph A. Ratzinger se le debe dar un trato de Jefe de Estado y saludarlo estrechando sus manos. Jamás se le deben dar besos en la mejilla.
El anillo del Papa.
Al Vicario de Cristo se le puede dirigir la palabra siempre y cuando sea en vocativo y con el apelativo "Su Santidad" ("Si Su Santidad lo desea", "lo que ordene Su Santidad", etc.). Afortunadamente S.S. Benedicto XVIes de los pocos líderes del mundo que habla varios idiomas, entre los que se encuentra el inglés, francés, italiano, alemán y español, así que será fácil mantener comunicación con él.
En el caso que se requiera escribirle una carta, debe nombrársele así:
a) En la dirección: A la Santidad de Nuestro Señor el Papa Benedicto XVI.
b) Encabezado: Beatísimo Padre; Santidad o Santo Padre.
c) Cuerpo de la carta: Vuestra Beatitud o Vuestra Santidad.
d) Final de la carta: De Vuestra Santidad humildísimo siervo e hijo o Humildemente se arrodilla a sus pies y suplica a Su Santidad se digne a concederle su bendición apostólica.
Por qué se le debe distinguir.
La iglesia Católica, como muchas otras en el mundo, tiene sus jerarquías. Ante la falta de cultura sobre los usos y costumbres en la Santa Sede es muy común caer en el error de llamar "padre" a cualquier persona que vemos con sotana. Sin embargo, según el color del atuendo de su ropa, los representantes de Dios ostentan un cargo y, por lo tanto, se les debe llamar de forma diferente.
El Papa es la mayor autoridad de la Iglesia. Después de él siguen los cardenales, a quienes se les llama "los príncipes" de la institución. Visten con sotana y solideo rojo (pequeño sombrero redondo que se coloca en la cabeza), en algunas ocasiones utilizan el capelo cardenalicio (sombrero con alas). La forma correcta para dirigirse a ellos es con el apelativo "Su Eminencia". Durante los oficios, según el protocolo, los cardenales aparecen junto al Santo Padre y se colocan por orden de la fecha de su nombramiento, quedando más cerca de Su Santidad los más antiguos.
El tercer puesto en el organigrama lo ocupan los arzobispos, seguidos por los obispos. Ambos utilizan sotana negra con botones, fajilla y solideo púrpura. En ocasiones muy formales utilizan la sotana completamente púrpura. De acuerdo a las reglas es necesario referirse a ellos como "Su Excelencia".
A los cardenales se les debe llamar "Su Excelencia".
En el escalafón más bajo se encuentran los sacerdotes, que pueden ser curas o párrocos y visten de sotana negra. En algunos casos reciben el nombre de Monseñor, pero en su mayoría los feligreses simplemente se refieren a ellos como "Padre".
De qué manera hay que vestirse para encontrarse con el Papa.
Los tiempos han cambiado. En un inicio el protocolo vaticano para las audiencias papales obligaban a los hombres, independientemente de su cargo, a utilizar frac para estar frente al sucesor de Pedro. Sin embargo, a partir de la década de los 80 del siglo pasado se volvieron menos estrictas las normas que rigen la indumentaria y permitieron a los caballeros acudir ante la presencia del Sumo Pontífice vestidos de traje oscuro -negro, azul marino o gris oxford- y corbata en tonos sobrios.
En el caso de las mujeres, para las audiencias privadas con el máximo jerarca las reglas siguen siendo las mismas: vestidos formales en color negro, sin escotes, de manga larga, los cuales deberán llevar la falda por debajo de las rodillas y cubrir la cabeza con una mantilla negra. Se considera de muy mal gusto que el tacón de los zapatos sea demasiado alto, que usen joyas vistosas y que acudan con exceso de maquillaje.
Bajo ninguna circunstancia una mujer debe presentarse vestida de blanco en las audiencias de San Pedro. Esa es una concesión exclusiva de las reinas católicas y de las consortes de los monarcas católicos a manera de agradecimiento a las casas reales que fueron fieles a la iglesia católica cuando todos los reinos se convirtieron al protestantismo. Así que, actualmente, las únicas mujeres que tienen el "Privilegio de Blanco" o "Privilege du blanc" son: la reina Sofía de España (quien además lo puede combinar con una peineta), la reina Fabiola de Bélgica, la reina Paola de Bélgica, y la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo.
A pesar de que el protocolo de vestimenta para audiencias con el Papa es estricto, ha habido mujeres protagonistas de la historia que han pasado por alto este decálogo. Por ejemplo, las dos presidentas de Irlanda: Mary Robinson y Mary McAleese no utilizaron el negro riguroso en su visita al papa Juan Pablo II. En tiempos más recientes, Cherie Blair, la esposa del ex Primer Ministro del Reino Unido, Anthony Blair, en 2006 causó controversia cuando usó un vestido blanco en su visita al papa Benedicto XVI.
Durante la visita de Joseph A. Ratzinger a México los funcionarios públicos que lo reciban a su llegada en el aeropuerto, como el Presidente de México, Felipe Calderón, y su esposa Margarita Zavala, deberán portar atuendos formales sin llegar al código de vestimenta de las audiencias privadas. Es decir, el primer mandatario tendrá que usar traje oscuro con corbata y, la primera dama de México, deberá utilizar un traje sastre en colores preferentemente oscuros, aunque por la época del año y la región geográfica puede ser en tonos pastel. No está bien visto que las esposas de los mandatarios utilicen colores estridentes ni telas estampadas.
Para los eventos públicos encabezados por el papa no existe un código de vestimenta para los asistentes pero, en el caso de las mujeres, siempre será bien visto no utilizar prendas escotadas y faldas cortas. Aunque, en definitiva, cada quién su gusto.
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