
Manera de portarse en la escuela.
Los profesores son como nuestros padres en la escuela, a los que debemos hacer caso en todo lo que nos dicen y a los que debemos respetar.
El comportamiento en la escuela.
¿Cómo debe mirar la niña a sus maestros?
Como a sus segundos padres, porque le dan educación, la enseñan muchas cosas útiles, de inapreciable valor, y cultivan su espíritu, enriqueciéndole con saludables ideas y conocimientos.
¿Cómo ha de escuchar las advertencias y explicaciones que le dirijan?
Con respeto profundo y con verdadera atención, obedeciéndoles con prontitud y buen deseo y procurando no molestarles con quejas, denuncias o preguntas que les molesten o distraigan.
¿Deberá la niña poner en conocimiento de su maestra las faltas que en la escuela cometan sus compañeras?
Sólo deberá hacerlo en el caso de que la maestra le haya conferido la vigilancia de la escuela o de alguna de sus secciones; así como también en el caso de que una o varias de sus compañeras la molesten a pesar de sus ruegos y la distraigan de estudiar o de oír las explicaciones. En el caso contrario, si hace denuncias por cosas que no la importan y por el solo deseo de que castiguen a sus compañeras, merecerá con justicia el feo calificativo de acusona.
¿Cómo debe portarse la niña en la escuela para seguir las reglas de la urbanidad?
Al entrar en el colegio saludará respetuosamente a la maestra o a los Profesores, si los hay; ocupará enseguida su puesto y empezará a hacer sus labores o los trabajos que se le hayan encargado sin trabar conversación con sus compañeras. Además, deberá llevar bien aprendidas sus lecciones para saber contestar cuando su maestra o instructora la pregunte.
-
8270
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los conocimientos materiales e individuales de las cosas, esto es, el conocimiento del mundo, no podrás adquirirlo sin una grande y continua atención
-
Es muy corriente juzgar a nuestros semejantes por la gentileza y buena disposición de la persona, resultando generalmente cierto este criterio.
-
No debes jamás roer ni chupar los huesos, sino partir la carne, y cogerla con el tenedor, siendo mucha indecencia el tocar los alimentos con los dedos
-
Los polvos de rosa para los dientes contienen siempre un poco de cochinilla, que desliéndose en la saliva colorea un poco los labios de color de rosa.
-
Cuando el aburrimiento ha invadido a una persona, es perfectamente inútil tratar de ahuyentarlo con viajes, con diversiones, banquetes o lecturas
-
Las actividades de las señoras en sociedad. Los elogios que recben de los caballeros.
-
La urbanidad es el modo de conciliar agradablemente lo que uno debe a los demás con lo que se debe a sí mismo
-
En un templo debemos mostrar un profundo respeto y recogimiento.
-
Llegados al término del viaje nada se deben los unos a los otros sino un saludo urbano, y algunos deseos lisonjeros.
-
Si una parte de la cortesía consiste en decir a cada uno lo que le conviene, está claro que a fin de que no falte asunto a la conversación debes hablar a cada uno de las cosas que más le ocupan o más le agradan
-
Antes de hablar de la cortesía que deben usar los súbditos con respeto a los magistrados, es preciso indicar las razones de obediencia, gratitud y respeto de que les son deudores.
-
Un deber que estamos obligados a cumplir con respecto a nosotros mismos, es el de refrenar nuestras pasiones.