
El espíritu de la contradicción.
Si no os es dado libertaros de la conversación de semejantes gentes, abandonadles.
Del espíritu de la contradicción.
Cuando vuestra mala estrella os reúna con uno de estos tales, no propongáis conversación alguna; cededles, porque aunque tengáis toda la lógica de Condillac reunida a la elocuencia e imaginación de Chateaubriand, no sería el triunfo vuestro.
Son hombres cuya felicidad consiste en ser opuestos a los otros, a pesar de la razón y la evidencia, y muy frecuentemente aun de sus propias opiniones.
He conocido el molde, por decirlo así, de esta necia clase de gentes. Si sacaba yo el reloj, a juicio de él, estaba algunos minutos atrasado o adelantado, porque él lo tiene arreglado por la mejor meridiana de la Corte. Si hablaba de una noticia anunciada en un periódico, era falsa; él la había leído en otro mejor informado, o lo sabía por cierto conducto que lo contaba de otra manera; aplaudía siempre a los actores de menos mérito; no alababa sino las piezas que habían sido silbadas, o las obras nuevas que se habían quedado en las tiendas de los libreros.
Si no os es dado libertaros de la conversación de semejantes gentes, abandonadles; pues como solo es disputar es su felicidad, ellos mismo pondrán fin a una conversación que no les ofrece permuta alguna de este gusto.
-
7475
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Gran asunto de la atención, no hablar por superlativos, ya por no exponerse a ofender la verdad, ya por no desdorar su cordura.
-
Para tener vestidos recatados es preciso que en ellos no haya apariencia alguna de lujo ni de vanidad.
-
Las bromas y los chistes que pueden llamarse las flores del talento han de ser delicados.
-
Sea que estemos en pie, sentados o andando, debemos tener siempre el cuerpo recto, sobre todo la cabeza derecha
-
Alzóse con el mundo la necedad, y si hay algo de sabiduría, es estulticia con la del cielo; pero el mayor necio es el que no se lo piensa y a todos los otros define.
-
Cada uno debe escoger el modo de relatar que mejor conviene a los hábitos de su espíritu y al exterior de su persona.
-
En la antigua Roma, la sala en que se comía en los días festivos estaba alfombrada de lirios y rosas.
-
Si pasa la noche con iguales, se porta con aquella urbanidad habitual que jamás debe abandonarle.
-
Esta tarde, hijos mios, examinaremos lo que es la virtud, y lo que debe hacer el hombre para adquirir el bello título de virtuoso.
-
La urbanidad exige que cuando se está sentado se tengan las rodillas en su postura natural.
-
Parece contrario a la cortesía el ponerse en bata tan pronto como se vuelve a casa, y de mostrarse así vestido; esto puede permitirse sólo a los ancianos y a las personas indispuestas
-
En las discusiones de sentimiento, la justicia y la cortesía ordenan que apeléis a la decisión de la mujeres, puesto que en estas materias su juicio es más exquisito y más seguro