Cortesía en el saludo y lugares de preferencia.
La cortesía a la hora de saludar y ofrecer un asiento es una forma educada de tratar a las personas con las que se relaciona.
Cortesía en el saludo y lugares de preferencia.
Si es una señora la persona a quien saludamos se dice: "a los pies de Vd., Sra."; y si es un caballero, "beso a Vd. la mano", o "servidor de Vd."
Luego de saludar, se pregunta por su salud con una de estas frases: "cómo lo pasa Vd.?" o "¿Vd. sigue bien?"; y después de habérsenos contestado: "sin novedad", o "a la disposición de Vd.", añadiremos gracias, y pasaremos a tomar asiento en la silla que nos haya presentado el sujeto que nos recibe. Mas, si el asiento fuese de preferencia, por ejemplo un sofá u otro fijo, no debemos ocuparlo sin una ligera demostración de repugnancia, y solamente después que nos lo haya rogado por segunda vez el dueño de la casa. Lo mismo observaremos cuando éste se empeñe en que nos cubramos o dejemos el sombrero.
Los lugares distinguidos que debemos ofrecer a una persona superior, o a la que deseamos obsequiar son: en una sala, el sofá, ségun queda advertido; en un palco, los asientos de enfrente, y entre éstos, los de los ángulos, especialmente aquél desde el cual se ve la función sin volver la cara; en un coche, la testera o los asientos de delante, prefiriéndose los ángulos , sobre todo el de la derecha; y por último en la mesa, lo es la cabecera.
El trato con personas finas y elegantes será el mejor maestro para aprender éstas y otras fórmulas corteses, pues la urbanidad no puede enseñar más que las reglas establecidas por el buen gusto a fin de dirigir las palabras y acciones del hombre puesto en sociedad.
-
16386
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Deberes respectivos entre sacerdotes y seglares. Entre magistrados y particulares. Entre superiores e inferiores.
-
Para ser admitido en esas reuniones ya no fue necesario haber roto una lanza en honor de una princesa o de una dama, sino que bastó descender de ilustre y antigua cuna
-
Una persona distinguida sabe en el interior de la casa, dentro de la intimidad y la confianza, guardar las reglas del buen tono.
-
Las cartas de amor son un clásico en la correspondencia personal. Son una forma de expresar los sentimientos que se sienten por otra persona
-
Las reglas de urbanidad son las que fomentan y conservan las sociedades.
-
Ya no tanto distinguen a los individuos los trajes, como la instrucción, la educación, el ingenio y los talentos acompañados de las gracias y elegancia.
-
Llegados al término del viaje nada se deben los unos a los otros sino un saludo urbano, y algunos deseos lisonjeros.
-
En la mesa es donde se ve la torpeza y mala educación del hombre que no es buen gastrónomo
-
Es preciso abrir los dientes para leer o hablar, articulando cada palabra claramente.
-
En el paseo, muchas elegantes hacen tertulias animadas, pero hay que guardar en ellas gran compostura y evitar las conversaciones en voz alta y las risas extemporáneas
-
Cuando un caballero se pone el abrigo o se desembaraza de él o del bastón, paraguas, etc., para entrar en el salón, el criado debe ayudarle y estar alerta a la salida para abrirle la puerta.
-
El corte de la piezas de carne era una arte muy apreciado en la sociedad de principios del siglo XX