Reprender, amonestar o llamar la atención. Cómo hacerlo de forma correcta
Debemos recordar que ser duro no es lo mismo que ser un grosero y un maleducado
Tacto y mesura a la hora de corregir o regañar
En algunas ocasiones nos vemos en la obligación de llamar la atención a otras personas (bien pueden ser a nuestros hijos, a un amigo o bien puede ser a personas desconocidas como un camarero, un botones, un empleado, etcétera).
Debemos recordar que ser duro no es lo mismo que ser un grosero y un maleducado. Hay que guardar las formas y los modales en todo momento. Se puede, y se debe, tener un poco de tacto hasta para reñir a alguien, para llamarle la atención o para recriminarle algún gesto o comportamiento.
Reglas a seguir para reñir con un poco de educación
Ofrecemos cinco sencillas sugerencias para reprender o regañar con educación:
1. Si hay que reprender a alguien no se debe hacer en público. Si solamente es posible hacerlo delante de otras personas hay que hacerlo con el mayor "tacto" posible y sin menospreciar o humillar a la otra persona.
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2. Las voces y los gritos sobran en todo momento. No son admisibles bajo ninguna circunstancia. Si se "caldean" los ánimos es mejor dejar que la situación se calme. Es mejor contar hasta diez antes de hacer o decir algo de lo que nos podamos arrepentir.
3. Nada de contacto físico. No se puede permitir, bajo ningún concepto, el más mínimo contacto físico con la otra persona. Aunque solo sea para darle un golpecito en la espalda o en un brazo. Mucho menos llegar a las manos (tortazos, puñetazos y otros comportamientos tan incívicos).
4. Gestos ofensivos o agresivos. Al igual que las voces, cuidado con los gestos poco apropiados. No se pueden hacer gestos amenazantes o intimidatorios, ni en público ni en privado. Si hay que llamar la atención por algo que ha sucedido, se hace pero sin darle una mayor carga de culpabilidad con gestos o aspavientos.
5. Vocabulario inapropiado. Debemos utilizar todo el poder de las palabras, sin llegar a más. Es decir, cuidado con utilizar groserías, blasfemias o cualquier otro tipo de vocabulario que pudiera resultar ofensivo o agresivo (contra una persona, contra su aspecto físico, su religión, su cultura, su etnia, etcétera).
Resumiendo, podemos decir que de forma educada se puede reprender a otra persona sin llegar a comportamientos detestables que, seguramente, todos hemos podido observar en alguna ocasión. Este tipo de situaciones solo nos dejan ver un problema importante de fondo: la falta de educación.
Es bueno recordar que tratamos con personas y tenemos que comportarnos como seres civilizados. Es posible "echar una bronca" sin tener que saltarnos las más elementales normas de la buena educación.
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Una cosa más. Delante de los niños hay que evitar todo tipo discusiones -tanto en casa como fuera de casa-, siempre que sea posible. Los peques son muy dados a imitar todo lo que ven. Un mal ejemplo puede ser nefasto para su educación. Debemos ser coherentes con lo decimos, para darle mayor fuerza y veracidad a nuestras palabras. Si decimos una cosa y ven otra... mala enseñanza.
Terminamos con un dicho popular que viene muy al caso:
"A las personas se las reprende en secreto y se las alaba en público". Anónimo.
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