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Invitados adicionales.
Solo en una visita muy informal nos podemos dar el lujo de preguntar si nos es permitido llevar alguna persona adicional.
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Es de muy mal gusto, cuando se nos extiende una invitación de cualquier tipo, ya sea una cena, un buffet, un cóctel, o demás, el llevar a otra persona que no sea de la familia inmediata. Solo en una visita muy informal nos podemos dar el lujo de preguntar si nos es permitido llevar alguna persona adicional. El mero hecho de hacer la pregunta a nuestra anfitriona ya resulta de mal gusto, pues esto la pondría en una situación muy embarazosa y difícil.
Casi ninguna persona se sentirá con la confianza suficiente como para ser franca y responder con una negativa, y explicar sus razones para no desear un invitado adicional. Por lo general la anfitriona se limitará a acceder: "Si, puedes traer a tu vecina", o "Sí, puedes traer al papá de tu esposo" ... aunque este hecho le cause transtornos inesperados y gastos adicionales.
Es muy posible que no tenga suficientes asientos para acomodar un grupo mayor del que esperaba, o que no haya preparado suficientes cubiertos o suficiente cantidad de alimentos o bebidas para un grupo mayor.
No obstante, un buen anfitrión deberá contar con la posibilidad que surjan ciertos imprevistos y tendrá que saber como salir al paso de estas situaciones inesperadas.
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Junto al invitado de honor, el anfitrión es una de las figuras clave en el protocolo de los diversos actos y eventos
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En los actos y las visitas oficiales se procura buscar un cierto equilibrio jerárquico entre la persona que recibe y la que llega
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No hay que forzar los modales. Hay que ser educados y elegantes, pero sin hacerse notar ni tratar de llamar la atención
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Lo primero, tener consideración con las personas que nos rodean
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A la hora de los discursos, el anfitrión es el primero en dirigir la palabra, a los efectos de agradecer la asistencia, explicar los motivos del acto, presentar a los demás invitados
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Hay que tener cierta prudencia a la hora de invitar para no convertir nuestra residencia de vacaciones en un hotel
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Si el anfitrión, como suele ser normal, tiene demasiados compromisos que atender, no será posible estar pendiente de todas las presentaciones de la fiesta o reunión
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No podemos hacer esperar a nadie, ni a los anfitriones ni al resto de los invitados. Es de muy mala educación
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Es necesario seguir algunas reglas que hacen que la vida sea más llevadera, más armoniosa y quizás, porque no, más tolerante.
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Deben ser objeto, de selección según la naturaleza del acto y de la imagen que se desee presentar a un público determinado.
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Las invitaciones son, en algunas ocasiones, una forma de establecer una relación personal, comercial o profesional
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Cuando se piensa dar un convite se debe empezar por elegir convidados que recíprocamente se agraden o simpaticen.