Nuevos colores. La Simbología de los Colores en el Traje Académico.
Desde el mismo momento de su creación las antiguas universidades empiezan a crear sus signos distintivos.
Tercer Encuentro de Responsables de Protocolo y Relaciones Institucionales de Universidad.
El sistema singular de símbolos que componen la vestimenta académica, a través del cual se identifican en el ámbito universitario las dignidades, la autoridad o la clase, tiene la finalidad de crear conceptos, a través de los cuales se identifican las diferentes categorías o rangos académicos. Ej: necesario tener en cuenta que el lenguaje simbólico es muy sutil y como consecuencia, alterar cualquiera de los signos desvirtúa gravemente el concepto intelectual que posee el símbolo.
Desde el mismo momento de su creación las antiguas universidades empiezan a crear sus signos distintivos. Existen referencias históricas e iconográficas que acreditan que en el siglo XVII el ropaje de los académicos, salvo ligeras diferencias, era igual al que se mantiene actualmente.
En las Constituciones universitarias de los siglos XIV al XVII se pone un especial esmero en la definición del vestido de los universitarios que se regula legalmente en el siglo XIX y se confirma en el presente siglo.
Nos consta que la regularización de mediados del siglo XIX viene a normalizar el ropaje académico que venía siendo el habitual desde siglos anteriores, y esa normalización, a la que debemos dar gran importancia, consiste básicamente en la institucionalización de lo que ya era tradición inveterada hace 150 años.
La legislación del siglo XX, con gran respeto por las tradiciones, confirma en todos sus extremos lo establecido para el traje académico en el siglo anterior.
Aunque seguramente todos los presentes conocen el itinerario legal sobre el vestido de los universitarios y sus colores, parece obligado hacer una referencia expresa del mismo: en 1850, se promulgan dos Reales Decretos con fecha 6 de marzo y 2 de octubre que definen los detalles del traje académico y establecen los colores distintivos de las Facultades que compondrían la Universidad en aquella época.
El Real Decreto de 6 de marzo recoge los siguientes colores:
Letras: azul. Ciencias: verde. Jurisprudencia: rojo. Medicina: amarillo. Farmacia: violado. Teología: blanco.
El correspondiente al mes de octubre, pese a su cercanía en el tiempo, ya introduce matices en varios símbolos del traje académico y también en los colores atribuyendo azul celeste a Filosofía, grana a la Facultad de Jurisprudencia y oro al amarillo de Medicina.
El 22 de mayo de 1859, el Reglamento de las Universidades, que viene a desarrollar la Ley de Instrucción Pública de 1857, confirma, con muy ligeras matizaciones, lo establecido en 1850.
En el presente siglo, los Decretos de 7 de julio de 1944, que desarrollan la Ley de ordenación de la Universidad española de 29 de julio de 1943, ratifican la simbología anterior referente al traje académico para los doctores. Es a partir de esta Ley cuando se exigen el grado académico de doctor para incorporarse a los cuerpos docentes universitarios.
Los colores que se recogen en 1944 son semejantes a los ya existentes incluyendo como novedades el verde para los estudios de Veterinaria y el anaranjado para la facultad de Ciencias Políticas y Sociología.
Hemos podido comprobar cómo a partir del Real Decreto de 6 de marzo de 1850, la legislación ha venido confirmando los rasgos tradicionales de la vestimenta académica y de sus colores, como ahora la conocemos.
En los últimos años se desdibuja, con la mera legislación, la vinculación entre titulación y Facultad como hemos podido comprobar a partir del exhaustivo trabajo sobre colores universitarios realizado por la Universidad de Barcelona que nos ha llegado a través de la Secretaría General de la Universidad de Salamanca.
En los colores utilizados son más la coincidencias que las discrepancias puesto que en muchos casos las diferencias son de definición más que de identidad y entendemos que azul turquí, azul ciencias o azulón, o bien marrón, marrón caldera o cobre, son formas distintivas de definir los mismos colores.
Pero pese a esto es fundamental mantener y procurar la homogeneidad del símbolo del color en el traje académico de forma que entiendo que desde aquí debemos apoyar la propuesta formulada por los Secretarios Generales al Consejo de Universidades.
Propuesta a la que quisiera sumar algunas conclusiones:
1. La normalización de los distintivos deberá de incluir el color y su definición suficientemente matizada.
2. Los colores académicos deben hacer referencia a grandes áreas o campos del saber y no a las especialidades que surgen como nuevas titulaciones con motivo de la especialización científica.
3. Los nuevos estudios (troncales) que puedan surgir en el curriculum universitario deben de dotarse de su distintivo a través de los órganos interuniversitarios para que a través de las normas pertinentes queden homologados para todas las universidades.
4. Si los colores tienen como finalidad distinguir los diferentes campos del saber, utilizar diferentes colores para los mismos estudios, desvirtúa la finalidad y desaparece el símbolo.
Siguiendo en el ámbito de la simbología, pero alejándonos por un momento del color, quisiera incidir en el traje académico de los graduados en estudios de primer ciclo, respecto del cual no conocemos ninguna regulación específica, pero parece que se utiliza pues se han asignado colores específicos a Escuelas Universitarias, aunque en número muy reducido.
Ante esto cabe plantearse la duda de si un título profesional otorga el derecho al uso del traje académico.
Desde 1859 la normativa sobre el traje académico se refiere fundamentalmente a doctores, y en muchos casos hace referencia expresa a "catedráticos".
Esta tendencia, como he mencionado antes, se consolida a partir de 1944.
Es necesario volver a remontarnos a 1850 para encontrar la descripción precisa de la vestidura académica atendiendo a tres grados académicos: Doctor, Licenciado y Bachiller.
Las diferencias más destacables son el birrete que se define de forma distinta atendiendo al grado académico y el derecho a usar muceta, que se excluye en el caso de los bachilleres.
Si en algún momento se implanta el uso de traje académico para los graduados diplomados se podría rescatar la tradición histórica vistiendo toga profesional y birrete con borla de seda roja.
Volviendo al principio, símbolo se define como imagen, figura o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen.
Creo que es muy importante que, sin perjuicio de las actualizaciones que sean necesarias, procuremos preservar la simbología académica pues es parte esencial del protocolo y ceremonial de las Universidades.
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