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Avelino San Luis, hombre de protocolo

Luego de una larga y brillante carrera al servicio de la ciudad de Vigo, acaba de jubilarse Avelino San Luis

Diario Atlántico - Vigo
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Avelino San Luis
Avelino San Luis. Avelino San Luis

Funcionario y caballero, "Vetero", hombre del protocolo

A lo largo de su vida laboral, este licenciado en Derecho que iba para diplomático, ha desempeñado diversos puestos y responsabilidades, como corresponde a un funcionario de rango superior. Pero sobre todo, este servidor público amable, educado, con una elevada preparación, ha sido sobre todo el hombre de la organización y del Protocolo.

Prudente y leal como pocos, merecería haber servido a señores de mayor categoría. Ni siquiera ahora, estos días, en las entrevistas que ha concedido, se ha referido a los sinsabores y sucedidos que marcan su vida, ante la ignorancia y osadía. Los contaré yo.

Avelino San Luis
Avelino San Luis. Avelino San Luis

He disfrutado y aprendido asistiendo a numerosos eventos organizados por "Vetero" y he padecido con él ante la ignorancia, salidas de tono y meteduras de pata de algunos alcaldes. Y es que, como se sabe, la línea que separa lo solemne de lo ridículo en esto del protocolo es muy tenue.

Con motivo de la entrega de la Medalla de Oro de la ciudad la Real Club Celta de Vigo, preparó Avelino un acto impecable en los locales de la Zona Franca de Bouzas. Era alcalde Carlos Príncipe. Es sabido que cuando se otorga una medalla a una institución y no a una persona concreta, le distinción no se le cuelga del cuello o impone, sino que se le entrega en una caja, en un cuadro o, de tener pabellón, se cuelga de la bandera o estandarte.

Llegado el momento de la entrega, subieron al estrado varios ex presidentes vivos y el entonces presidente Horario Gómez. "Vetero" explicará detalladamente cómo desarrollar la ceremonia. Los representantas del club deberían aproximarse rodeando al que lo presidía en aquel momento, para recibir entre todos el galardón. Pero Horario se adelante y el alcalde Príncipe, en lugar de entregar el estuche abierto con la medalla, la extrae y se la cuelga como si lo estuviera condecorando. A ver esto, los ex presidentes avanzan, esperando recibir algo; pero no hay nada que darles. La situación es ridícula, absurdamente cómica...

"Vetero" ha tenido que solventar, en ocasiones, graves actuaciones de alcaldes ignorantes. La más reciente le obligó a resolver la falta de respeto institucional del alcalde Abel Caballero con respecto al presidente de la Xunta de Galicia Alberto Núñez.

El respeto y la cortesía institucional deben de estar por encima de las ideologías

Se inauguraba el Pabellón Cultural de Orillamar, construido con el concurso de Caixanova, el Concello de Vigo y la Xunta. La secuencia del acta preveía la llegada escalonada de autoridades. Llega al alcalde de Vigo, Abel Caballero. Lo correcto -lo que hubiera hecho Francisco Vázquez en A Coruña- es que como anfitrión de la ciudad esperara en la puerta al presidente de Galicia. Sin el menor resto a la cortesía institucional, Caballero entró tranquilamente, sin más... Al darse cuenta de la metedura de pata del de Ponteareas, el propio Avelino San Luis se quedó en la puerta, para evitar rematar el desaire a Alberto Núñez y que no lo recibiera nadie. Eso es vergüenza torera.

Cuando era alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez demostró una exquisita cortesía con el presidente de la Xunta Manuel Fraga, e incluso facilitó la celebración de un Consejo de Ministros en tiempos de Aznar en María Pita. El respeto y la cortesía institucional deben de estar por encima de las ideologías.

Gracias a Avelino, los actos institucionales se organizaban con enorme sentido del simbolismo que encerraban, si bien no siempre se ejecutaron con la pulcritud que él los concebía, ante la ignorancia o la falta de cultura, de presencia o de prudencia de las sucesivas corporaciones destrozaba la puesta en escena, tan primorosamente preparada.

Vamos a echar mucho de menos a "Vetero", modesto, ilustrado, paciente, siempre atento y leal hasta el último día a la ciudad a la que sirvió con ejemplar eficacia.

 

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