Protocolo religiones Página 15
Protocolo religioso. Ceremonias y otras celebraciones y ritos de cualquiera de las religiones del mundo
Las religiones más diversas cuentan con ceremonias y otras celebraciones en las que tienen un protagonismo importante dentro de la sociedad. Ceremonias y eventos en los que la religión juega un papel importante o principal
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Existen otros actos que no son dictados por la tradición religiosa, aunque son menos tradicionales y fueron establecidos por los propios Pontífices a lo largo de la historia.
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El Sacerdote es hombre público y más cuando ejerce sus ministerios.
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Aunque las relaciones para con Dios suelan ser las menos estudiadas en los tratados de Urbanidad, no por eso dejan de existir y tener máxima importancia.
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La humildad profunda, la santa indiferencia y la obediencia rendida al Prelado son las mejores disposiciones para obrar cortésmente.
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Téngase en cuenta, ante todo, que nadie está obligado a celebrar la primera Misa con pompa y solemnidad externa.
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Tan triste cosa sería que el novel Sacerdote inaugurase sus ministerios con pujos de petulante exhibición de flamantes prendas, como que se habituase desde el primer momento al abandono en su traje y formas.
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Cuando uno tiene tacto y es cortés, se sale bien de todas las dificultades.
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¿De qué modo deberemos asistir y permanecer en nuestras iglesias?
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La buena educación militar, o sea la urbanidad, que a esta clase incumbe, tiene ciertos caracteres particulares marcados en sus ordenanzas.
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Las discusiones religiosas son entre todas las discusiones las que exigen más reserva y cuidado; pues frecuentemente, sin darnos de ello cuenta, la conciencia se pone al servicio del orgullo.
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El sentimiento religioso es la inmensa, quizá la única diferencia que se encuentra entre el hombre y el animal.
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Por ser seminarista no dejo de pertenecer a mi familia, con la que estoy ligado por los deberes que dictan el amor, la obediencia y la cortesía.
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Después de los deberes para con Dios, los más sagrados y trascendentales que tiene cualquier hombre, son los deberes para consigo mismo.
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El hablar de Urbanidad para seminaristas, no es, por tanto, un nuevo capricho de remilgado educador.