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Educación, excelencia y valores
Educar no es solamente enseñar historia, matemáticas, literatura, etc. Educar es algo más. En la escuela forman y enseñan. En casa se debe educar y complementar la formación recibida en la escuela. Este...
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Al saludar a alguien hay que tomar el sombrero con la mano derecha, quitarle enteramente de encima de la cabeza y, de modo que sea cortés, extender el brazo hasta abajo
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Incumbe a los padres y madres tomar esto en consideración cuando educan a sus hijos; y los maestros y maestras encargados de instruir a los niños deben prestar a ello particular atención
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El tema de la educación en la juventud es recurrente y no es un problema de la época actual. En todas las épocas el tema de la educación de los jóvenes es un tema de gran importancia
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A veces hasta parece que ser bueno pasó de moda, que ser decente y honesto es ser tonto cuando es todo lo contrario
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Todavía hay quienes recuerdan que con sólo una mirada del padre o madre de familia, los niños "desaparecían" de la habitación en donde se reunían los adultos.
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Los tratados de urbanidad siempre han existido para las clases pudientes y para guiar los usos sociales de la aristocracia
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Por varias décadas la cortesía se considera un cúmulo de normas artificiosas tan obsoletas como el Manual de Carreño
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Un caballero se ocupa de apartar los obstáculos que bloquean el libre andar de los que van junto a él, inclusive suele acompañarlos en sus movimientos
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Dar una buena educación es una de las tareas más difíciles que pueden tener los padres o tutores para enseñar buenos modales los más pequeños de la casa
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Estos nuevos manuales derivan hacia la superficialidad, la frivolidad y, en muchos casos, la simple estupidez vestida de pretensiones
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No se tiene estima alguna de un hombre que habla indiscretamente, y a causa de esto debemos procurar, según el consejo del mismo Sabio, no ser ligeros de lengua
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La urbanidad es tan estricta en lo relativo al prójimo que no permite causarle disgusto en nada; por esto no permite que se hable nunca mal de nadie
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Cuando uno es alabado no debe mostrar alegría, lo que sería señal de que a uno le gusta ser adulado
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Hay personas tan llenas de sí mismas, que explican siempre a aquellos con quienes conversan lo que han hecho y lo que hacen, y que se debe tener en mucha estima todas sus palabras y acciones
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Los juramentos y blasfemias están entre las mayores faltas que se pueden cometer contra las leyes de la cortesía
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La honradez no puede sufrir que se diga algo falso; quiere al contrario que, según el consejo de san Pablo, diga cada uno la verdad al hablar con su prójimo
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La entrevista no es un monólogo pero tampoco una conversación. Solo debe responder cuando se le pregunta
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Si el que llega es alguien que quiere hablar, se le puede hacer entrar; y cuando entra, la persona a quien quiere hablar debe levantarse y recibirle de pie y descubierto
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No debe uno permitirse jamás la libertad de apoyar la cabeza en la mano como si no se pudiera sostener
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No debe haber en el rostro nada que sea severo o repugnante, no debe aparecer tampoco nada huraño ni salvaje
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El respeto que se debe al prójimo no permite, al hablar de alguien, golpearse la frente con el extremo del dedo para indicar que es una persona aferrada a su sentir y a su propio juicio
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La persona que quiere hacer profesión de humildad y modestia y tener un exterior formal y sereno, tiene que conseguir que sus ojos sean dulces, pacíficos y comedidos
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La urbanidad exige tenerla limpia, siendo muy vil dejarla llenarse de moco, ya que la nariz es el honor y la belleza del rostro, la parte más aparente de nuestro cuerpo
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Por cortesía, se debe tener siempre la boca limpia, y para ello conviene lavarla todas las mañanas; pero no se debe hacer en la mesa o delante de otros
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No hay que tomar la costumbre, sin embargo, de escupir con demasiada frecuencia y sin necesidad, lo que no sólo es muy descortés sino que además repugna e incomoda a todo el mundo
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No es cortés, al andar, girar las espaldas a un lado y a otro como el péndulo de un reloj, ni poner una delante de la otra; esto denota un espíritu soberbio o una persona que se da tono