Misiones Diplomáticas. Congreso de Viena.
El Congreso de Viena fijó definitivamente el rango de los agentes diplomáticos entre sí, estableciendo sus categorías.
MISIONES DIPLOMÁTICAS.
CONGRESO DE VIENA.
"Rex, facisne me tu regium nuntium populi. Romani quiritium?" (T. Livio).
Las misiones diplomáticas se dividen en ordinarias, extraordinarias y secretas.
Las misiones ordinarias son todas las que están acreditadas en una Corte con el carácter de permanentes, aunque los Jefes lleven el nombre de "Enviados extraordinarios", porque antiguamente los Ministros de primera clase no se enviaban más que en misiones extraordinarias o temporales, y por esta razón han conservado este título.
Las misiones extraordinarias son las que se confian con carácter temporal a un enviado para asistir a una coronación, un matrimonio, un bautizo, unos funerales, o para dar un pésame. Estas Misiones pueden confiarse a uno o más Embajadores, que pueden llevar los Secretarios de embajada que juzguen conveniente agregar a su séquito. También suelen confiarse, enviando Cartas credenciales al efecto, a los Jefes de las Misiones permanentes, elevando su categoría para esa ocasión, o agregar el Ministro de la Misión permanente al Jefe de la Misión extraordinaria.
Los Jefes de las Misiones extraordinarias, bien sean enviados expresamente, bien sean los mismos de las Misiones permanentes, deben presentar al Jefe del Estado sus credenciales especiales.
Existen también los Plenipotenciarios encargados de discutir y firmar uno o más Tratados, y de negociar y concluir la paz, pero estos no llevan credenciales y por consiguiente no las presentan en forma solemne al Soberano.
Las Misiones secretas, por su mismo carácter, no puede decirse de ellas sino que la mejor manera de conservar la más completa reserva, es que se ignore también que existe la misión, no dándose a conocer como enviado diplomático ninguno de sus individuos.
Aunque el derecho de gentes no reconoce ninguna división entre los Ministros de diferentes categorías, y los califica a todos como Encargados de los Negocios de sus respectivos países, el derecho positivo de Europa ha impuesto diversas clases de Ministros que considera con arreglo a ellas, diferenciando su representación y el ceremonial con que se les debe recibir.
Después del Congreso de Westphalia, de la paz de Nimega y de la de Ryswik, donde se reunieron tantos Ministros de Estados tan diferentes en dignidad e importancia, se fué estableciendo, según Martens, poco a poco el ceremonial de Embajada.
En 1815, el Congreso de Viena fijó definitivamente el rango de los agentes diplomáticos entre sí, estableciendo sus categorías.
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