Los buenos modales en el olvido. Normas de cortesía.
La liberación femenina habrá justificado el hecho de que ya casi ningún hombre le ceda el puesto a una mujer en el Metro.
¿Son maleducados los venezolanos?
Las normas de cortesías, que en el siglo pasado fueron puestas en letra impresa por Manuel Antonio Carreño, ya no se recuerdan en vista de lo mal educado que resulta el venezolano del año 2000.
¿La liberación femenina habrá justificado el hecho de que ya casi ningún hombre le ceda el puesto a una mujer en el metro? ¿A qué se debe que ya nadie respeta el rayado de las esquinas ni las luces de tránsito ni el hombrillo? ¿Por qué es tan extraño escuchar de cualquier persona la palabra, por favor? ¿Las secretarias creerán que con el "un momento, mi amor" están siendo no solo simpáticas sino muy educadas?
El hecho es contundente y lo dice alguien con conocimiento de causa. Pedro Vargas Ponce, es director de la Escuela Superior de Protocolo (ubicada en Prados del Este), afirma sin titubeos: "El venezolano es muy maleducado, aquí se han perdido todas las normas de urbanidad". Cuidado, no hay que confundir las buenas costumbres con la naturalidad: se puede ser muy educado y no necesariamente pasar por un individuo acartonado y rígido. E inmediatamente sale a relucir el caso del presidente Chávez: "Él rompe con el ceremonial que en protocolo es bastante estricto, pero mantiene una buena educación; pero, también hay que aclarar que las buenas costumbres dependen mucho de la cultura y lo que es aceptable aquí, puede que no lo sea en Japón o en los países árabes", acota Vargas.
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Las normas remozadas.
La urbanidad; es decir, las reglas que deben seguir las personas para convivir en sociedad siempre han existido y siempre habían sido leyes nunca escritas; hasta que en 1853, Manuel Antonio Carreño (sobrino de Simón Rodríguez y padre de Teresa Carreño) publicó -primero por entregas, luego como un libro completo- su celebérrimo Manual de Urbanidad y Buenas Maneras, texto que no solo se convirtió en referencia en Venezuela sino en todo el continente.
Pero ya han pasado más de 150 años y, por supuesto, las reglas que Carreño ofrecía a la sociedad venezolana del siglo XIX no pueden ser las mismas para un país que, a pesar de todo, está entrando en el tercer milenio. Así lo entendieron Miriam Ledezma y Carlos Zavarce, quienes acaban de publicar un Nuevo Manuel de Urbanidad de Carreño, especialmente dirigido a los adolescentes.
"Nosotros tomamos la idea básica de Carreño de que debemos comportarnos correctamente en sociedad, pero lo adaptamos a estos tiempos, al contexto en que vive la gente y sobre todo los adolescentes", señala Ledezma. Por eso, en este libro hay ideas sobre cómo comportarse en un salón de videojuegos y, lo que era impensable en la época de Carreño, vivir en un edificio o tener otros medios de comunicación distintos a las cartas, como lo es el teléfono o el correo electrónico.
Venezolanos bruscos.
Para Ledezma es también muy obvio que las "buenas maneras" se han perdido desde hace tiempo en Venezuela: "Nos hemos convertido en personas muy bruscas, muy violentas. Ya casi ni decimos, por favor".
El libro sale de la experiencia que han tenido estos dos periodistas con el trabajo comunitario que han realizado por años y señalan que "seguir buenas costumbres no es algo anticuado ni demodé, sino más bien recuperar la gentileza que nos permite vivir juntos, en sociedad".
Pedro Vargas Ponce dice que la falta de educación ha hecho que perdamos esos modales que existieron en el pasado. "Además, los venezolanos somos muy cómodos y no exigimos que nos traten con respeto".
Señala Vargas que tenemos el complejo del "Doctor" y así, preferimos que nos llamen doctor (título que se gana solo con estudiar en la universidad) y no "Señor", un título que se gana solo con el tiempo y el correcto comportamiento.
Ledezma recuerda una regla de vida en comunidad básica: "No debemos hacer lo que no nos gusta que nos hagan". Si partimos de esta idea, podemos empezar a mejorar nuestra convivencia con los demás. "Con solo recordar esta idea, podríamos dejar las bombas de agua o los huevos en Carnaval o lanzar triquitraques en los pies de los peatones en diciembre".
El nuevo libro de urbanidad recoge todo lo que debe cumplirse, pero los autores no se llaman a engaño y saben que muchas de las normas allí escritas no se cumplirán; pero tienen una certeza, "si los jóvenes y los adultos en general cumplieran con 20% de lo expuesto en el texto, la vida en las ciudades sería mucho mejor".
Modales en la mesa.
En todo caso, los esfuerzos por llevar el buen comportamiento no se quedan solo en los libros que mantienen el espíritu de Manuel Antonio Carreño. Vargas Ponce tiene un segmento, los miércoles a las 10:00 am, en "Nuestra mañana", magazine matutino de Venezolana de Televisión. Y pronto sacará un disco compacto sobre protocolo en todas las áreas: deportes, militar y social, a la vez que tendrá otro segmento televisivo en un programa de cocina. "Será específicamente cómo comportarse en la mesa, de usar los utensilios, la servilleta", comenta.
"En la mesa se descubre la educación de cualquier persona", continúa Vargas. "Si quieres saber si un hombre o una mujer tiene buenos modales, invítala a comer: si no sabe comportarse, pues fuera de la mesa será peor, te lo aseguro".
Ledezma agrega otro elemento a la mala educación imperante: como tenemos una baja autoestima, no nos queremos y, por lo tanto, difícilmente consideramos a los otros. Aquí vuelve otra regla de convivencia: nuestros derechos terminan justo donde los otros empiezan, clara señal de vivir en una sociedad civilizada.
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