
Preceptos generales de Urbanidad. Lección segunda. Parte II.
Los secretos, la discreción y los halagos. Las acciones de las personas en sociedad.
Preceptos generales de Urbanidad.
* Pregunta. ¿Sería dar pruebas de cortesía el ponerse a leer un papel o libro sin pedir permiso a los circunstantes?
Respuesta. Fuera al contrario una grosería notable, como lo sería igualmente hablar en idioma extraño delante de personas que no lo entendiesen, y reírse con otros de los presentes, sin que todos supiesen el motivo de la risa.
* Pregunta. ¿Debe contarse a otros lo que se nos ha dicho en reserva o lo que hemos visto en alguna casa?
Respuesta. Por deferencia que tengamos a las personas que estén relacionadas con nosotros, nunca debemos revelarles lo que se nos ha confiado en secreto, así como debemos callarnos cualquier cosa que hayamos visto en nuestra casa o en la ajena, a no ser que se nos haya facultado para decirlo.
* Pregunta. En concurrencia con varias personas ¿qué se ha de tener presente?
Respuesta. Que no se debe cruzar la sala paseando por delante de ellas, que nunca se las ha de replicar ni mezclarse en su conversación sin que se nos inste a tomar parte en la misma, y que estar de espaldas a cualquiera de dichas personas sería una falta sumamente reparable.
* Pregunta. Cuando solicitamos alguna cosa de una persona a quién debamos respeto y nos sea negada, ¿qué partido tomaremos?
Respuesta. Nos conformaremos al punto con su negativa, sin demostrar el menor asomo de descontento.
* Pregunta. Y cuando seamos reprendidos, ¿qué observaremos?
Respuesta. Oiremos sumisamente la reprensión, mostraremos arrepentimiento y firme propósito de la enmienda, y cuando nos parezca que no había razón para reprendernos, nos excusaremos con humildad; presentaremos sencillamente nuestros descargos y nos abstendremos de manifestar resentimiento por la equivocación que con nosotros se padece.
* Pregunta. ¿Mira Vd. como defecto grave el negar la falta cometida?
Respuesta. La considero tan grave que miro a la MENTIRA como el peor de los vicios a que puede hallarse sujeta nuestra fragilidad, y en su consecuencia el origen de la mayor parte de males que afligen al género humano.
* Pregunta. ¿Qué exije de nosotros la generosidad y la nobleza, cuando se acusa a la persona que nos ha hecho un agravio?
Respuesta. Si la acusación es falsa, debemos defenderla con toda la energía de que seamos capaces, y en caso de considerarla justa nos hemos de abstener de hablar de ella.
* Pregunta. ¿De qué modo recibiremos los elogios que se nos tributen?
Respuesta. Lejos de engreírnos por ellos manifestaremos que se nos dispensa demasiado favor y que procuraremos granjearnos tan honrosa distinción; pero nos guardaremos de llevar nuestra modestia hasta tal punto que nos haga parecer de una condición de mucho inferior a la que en realidad nos corresponda.
* Pregunta. Y con respecto a las acciones ¿qué tendremos siempre presente?
Respuesta. Que da pruebas de no conoocer la urbanidad cualquiera que haga crujir los dedos, cruce los pies, bosteze sin taparse la boca con la mano, se suene de un modo ruidoso y mire y restregue lo que han soltado las narices.
* Pregunta. ¿No hay que acordarse de algo más en punto a las acciones?
Respuesta. Cuando nos hallemos con otras personas, para toser o escupir debemos volver la cara al lado opuesto, hemos de hablar con la lengua y jamás con signos, abstenernos de hacer ningún género de visajes ni de remedar o contrahacer a los demás; nunca hemos de tocar nada sin previo permiso de su dueño; y cuando se nos haga el elogio de un objeto de nuestra propiedad, debemos ofrecerlo inmediatamente.
- Preceptos generales de Urbanidad. Lección segunda. Parte I.
- Preceptos generales de Urbanidad. Lección segunda. Parte II.
-
8507
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
No toméis pues tabaco; pero si este gusto se os ha hecho una necesidad indispensable, ocultaos cuando debáis satisfacerle.
-
Hay que destinar a los huéspedes habitaciones confortables, con todos los objetos necesarios de uso cotidiano.
-
No olvidéis que el desventurado tiene necesidad de hablar de sus desgracias, pues mientras derrama sus angustias en el pecho de los demás siente como se aligera su peso.
-
Preguntas publicadas en el libro 'La urbanidad den verso' sobre temas de buenos modales y reglas de cortesía
-
Debemos respetar a nuestros semejantes, y evitar que exista cualquier tipo de enemistad o rencor.
-
Principios sólidos, y basa fundamental de la verdadera sabiduría, de las obligaciones de la buena crianza, y un resumen de las principales reglas de la urbanidad.
-
En los almuerzos y comidas de ceremonia se suelen estilar ciertos usos y costumbres muy especiales
-
De la urbanidad en las maneras de los niños.
-
El traje que presenta la apariencia de la novedad, de la elegancia y de la belleza es al momento buscado por las personas ricas y despierta los deseos de las que no lo son.
-
Cuando uno se incorpora a un grupo de personas, es muy descortés preguntar por lo que se está diciendo.
-
Ser agradable es: poseer 'don de gentes'; 'tener ángel'; ser 'persona bienquista'; disfrutar de benévola acogida en todas partes; gozar, por la virtud del propio mérito...
-
La salutación es la piedra de toque del buen gusto. Hay mil maneras de saludar según las personas a quienes se saluda.