
Moralidad. El rincón de la chimenea. Parte II.
Nuestros buenos abuelos que sabían vivir bien, apreciaban mucho el rincón del fuego.
Moralidad. El rincón de la chimenea.
No hay nadie que no haya echado de ver cuán repentinamente se pasan las horas en el rincón de la chimenea . Después de una brillante ópera de Rosinni; tras un baile magnífico con su abundante ambigú; al volver de una representación dramática la más primorosa, o de una tertulia del mayor tono; cuando se entra en la propia casa ya cansado de la melodía, fatigado de los saludos y del polvo; cuando después de haberse desembarazado de todo el aparato de un peinado y vestido de ceremonia, se echa uno sobre una silla poltrona, apoyando las puntas de los pies en los morillos de la chimenea, ¿no se da uno por contento de verse ya solo? Mil ideas se dan priesa a presentarse y todas agradables. No parece sino que al haber dejado el gentío ha descansado uno de un peso que le oprimía, se goza del placer de hacerse compañía a sí propio, y durante esta especie de medio sueño, las horas vuelan ligeras como las chispas que saltan meneando los tizones; y a veces la mañana, más bien que el reloj es quien advierte que es tiempo de tomar algún reposo.
Nuestros buenos abuelos que sabían vivir bien, apreciaban mucho el rincón del fuego. ¿Quién de nosotros viendo en aquellos salones góticos de las granjas antiguas, tan grandes como los aposentos de ahora, no creerá que asiste a una de aquellas tertulias del antiguo tiempo? El castellano o la noble dama escuchaban entonces sin pestañear alegres cuentos o romances; se echaban al coleto sendos tragos; un paje cantaba los romances moriscos; y amos, escuderos, pajes dueñas y siervos no formaban en el rincón de la lumbre sino una sola familia, olvidando los males de la víspera, los trabajos del día, y los cuidados del siguiente.
"El procurarse el placer nos reúne, y el hábito o la costumbre nos retienen a despecho del fastidio"
Pero como la moda va siempre rodando y cambiando el mundo, ahora nos hallamos en el siglo de los contrastes. Fortuna y pobreza, talento y necedad, filosofía y devoción suelen vivir a veces bajo de un mismo techo. Parece que una corte se compone de veinte naciones diversas que se mezclan y entrelazan para no formar más que un pueblo particular; y es necesario que un mismo objeto y una misma pasión ponga en contacto diariamente estos elementos heterogéneos. El procurarse el placer nos reúne, y el hábito o la costumbre nos retienen a despecho del fastidio. Cada día son indispensables nuevos puntos de reunión; de aquí la multitud de convites que llueven cada día, de bailes, diversiones y teatros que obligan frecuentemente al hombre a no ir a ninguno por cumplir con todos.
Se reconviene a los poetas de que cantan sobre todos sus asuntos ¿Cómo no se ha hallado alguno que celebrase dignamente el rincón del hogar? Porque si estos señores adquieren reputación en la soledad en que trabajan sus obras al rincón del fuego, y una justa gratitud debiera ser para ellos la musa que les inspirara.
Y la verdad: ¿qué sitio más inspirador que el rincón del fuego? Todos los pensamientos toman allí un tinte de color de rosa, y se mira uno contento de sí y de los otros. ¡Dichoso el autor cuya obra se lea junto al fuego! Puede sin duda contar con la indulgencia de sus lectores; y respecto a la obra presente, no la desearemos mejor destino sino que sea leída en él.
- Moralidad. El rincón de la chimenea. Parte I.
- Moralidad. El rincón de la chimenea. Parte II.
-
7500
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Por grande que sea la dignidad, por alto el empleo que ocupemos, ninguna consideración nos dispensa del respeto que debemos a nuestros padres.
-
Cómo debe proceder una niña bien educada con estas personas.
-
El deterioro de las relaciones sociales es evidente. Antes, en mis tiempos, la gente estaba educada...
-
El aseo personal es de gran importancia tanto por motivos de higiene como por motivos de imagen
-
Lo primero que debe hacerse al entrar en la habitación de una persona a quien se visita es saludarla y hacerle una reverencia
-
En la mesa es donde con sus maneras y acciones acredita la relación que tiene la sociedad en las necesidades de la vida
-
Después del amor y la benevolencia, las más bellas cualidades con que podemos adornarnos son la modestia y la tolerancia.
-
Cuando uno se incorpora a un grupo de personas, es muy descortés preguntar por lo que se está diciendo.
-
Cuando nacen las sociedades sin que aun haya nacido el gobierno, el individuo que no puede alcanzar por sí mismo una venganza cumplida, empeña a sus amigos a que se le unan.
-
Una persona educada debe minimizar los defectos de los demás, bien ignorándolos o bien haciendo ver que carecen de importancia
-
Es cómodo ampararse en un refrán para no hacer el sacrificio de un defecto, para no renunciar a un modo de ser...
-
Ser bien educado en las relaciones con los demás es algo que debe aprender un niño en cuanto empieza a compartir su tiempo con otras personas