La conversación. La anfitriona y sus invitados, conversar
No hay nada más desagradable y que muestre tan poco tacto que la persona a la que se le habla no haga más que mirar hacia todas partes y parezca estar atenta de todo lo que ocurre alrededor
Consejos sobre la conversación
Manual de Carreño
Durante cualquier conversación se debe procurar mostrar atención a lo que dice la otra persona. No hay nada más desagradable y que muestre tan poco tacto que la persona a la que se le habla no haga más que mirar hacia todas partes y parezca estar atenta de todo lo que ocurre alrededor. Esto causa la impresión de que no nos está prestando la más mínima atención, y como es natural, ocasiona mucha incomodidad.
Otro detalle importante a recordar durante cualquier conversación, es que debe evitarse tomar puntos de vista demasiado opuestos en relación a cualquier tema. Especialmente en conversaciones sobre sexo, religión y política, ya que éstas son sumamente delicadas y pueden ocasionar discusiones muy acaloradas que provocarán un disgusto. Reservemos nuestras opiniones para el momento oportuno o para expresarlas a personas de suma confianza, que comparten puntos de vista similares a los nuestros o que sabemos pueden comprenderlos, si no compartirlos.
Te puede interesar: 6 temas de conversación a evitar en la mesa
La anfitriona y la conversación de sus invitados.
Muchas veces la anfitriona tiene que servir como animadora en las conversaciones de sus invitados. Debe mantenerse muy alerta para intervenir si ve que alguno de sus invitados empieza a mostrar señales de antagonismo. En el caso de una persona que está prologando un discurso demasiado aburrido, la anfitriona puede interrumpir con mucho tacto y decir: "Perdónenme la interrupción, pero me gustaría robarles a la Sra. X por breves instantes".
Nunca trate de presentar a una persona a todos los invitados presentes, recién ha llegado a la fiesta. Debe acompañarlo hasta a algún grupo donde considere que se sentirá a gusto y presentarlo allí, de manera que esta persona pueda moverse entre la gente y presentarse a sí misma, o ser presentada a otras personas por los mismos miembros del grupo al que ha sido introducida.
Otra regla importante es que nunca debe interrumpir una conversación animada y amena, aunque sea de la opinión de que una de las personas que participa en dicha conversación se sentirá mejor en otro grupo o en compañía de alguna otra persona.
Ver el manual completo de Antonio Carreño.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los detalles fundamentales que son básicos en cualquier mesa son la colocación de mantelería, cubiertos, vajilla y cristalería
-
Es necesario seguir algunas reglas que hacen que la vida sea más llevadera, más armoniosa y quizás, porque no, más tolerante.
-
En la mesa, como en muchos otros lugares, hay que guardar unas mínimas normas de comportamiento
-
Saber atender a nuestros invitados es la garantía de un notable éxito en cualquier tipo de celebración o reunión que organicemos
-
No podemos hacer esperar a nadie, ni a los anfitriones ni al resto de los invitados. Es de muy mala educación
-
Evitemos, en cuanto nos sea posible, el hospedarnos en las casas de nuestros amigos, especialmente de aquellos a quienes hayamos de ser molestos o gravosos. Ya sabe el dicho popular: "las visitas como el pescado al tercer día huelen"
-
Lo primero, tener consideración con las personas que nos rodean
-
Niños y amigos: consejos prácticos para ser unos estupendos padres anfitriones. Ser un buen anfitrión no es dejar que los niños hagan lo que quieran
-
Solo hay que poner un poco de atención para que tus invitados se encuentren cómodos y a gusto en tu casa
-
La educación y la elegancia no está en ofrecer más que los demás, sino en saber cómo ofrecerlo
-
A la hora de los discursos, el anfitrión es el primero en dirigir la palabra, a los efectos de agradecer la asistencia, explicar los motivos del acto, presentar a los demás invitados
-
No hay que forzar los modales. Hay que ser educados y elegantes, pero sin hacerse notar ni tratar de llamar la atención