![Logo Protocolo y Etiqueta](https://www.protocolo.org/extra/desimg/xcombined_proto_logo_idx_462x60.png.pagespeed.ic.5ZOHUrny0M.png)
Las normas de Manuel Antonio Carreño eran sagradas en las escuelas. Así son las cosas.
Las normas de Carreño gobernaron a los venezolanos decentes por casi un siglo.
Las normas de Manuel Antonio Carreño eran sagradas en las escuelas
Calzoncillos y pantaletas.
La pantaleta y el calzoncillo preocupaban mucho a Manuel Antonio Carreño, en su "Compendio del Manual de Urbanidad y Buenas Maneras arreglado por él mismo para el uso de las escuelas de ambos sexos".
"Esta edición, de 1920, contiene muchas reglas importantísimas de urbanidad, que no figuran en las ediciones hechas en París. Se han señalado con un asterisco (*) para facilitar la labor del profesor. Resulta pues que este Compendio de Urbanidad es el más completo de los publicados".
Las normas de Carreño gobernaron a los venezolanos decentes por casi un siglo. Cuando alguien hacía "la bruta figura": se moría un vecino y usted a la semana tenía una fiesta en su casa, la gente decía: "ese no conoce a Carreño"; lo mismo como cuando un tipo "se chupaba" la sopa, o cuando un mozo de pronto gritaba: "Aquí viene Pescuezo el chivo". Para Carreño nadie podía ser llamado en público por su apodo.
El educador advertía que "es una vulgaridad hablar en sociedad de nuestra familia, de nuestra persona y de nuestras enfermedades".
Era especial preocupación de aquel maestro "el vestido que debe usarse dentro de la casa. Jamás las damas mayores, y menos aún las niñas, deben abandonar las habitaciones en pantaletas, con el pretexto de que van a buscar cualquier prenda. Imperdonable es cuando un varón sale del baño en calzoncillos o cubriéndose con un paño".
"Nuestro vestido, cuando estemos en medio de las personas con quienes vivimos, no sólo debe ser tal que nos cubra de una manera honesta, sino que ha de contener las mismas partes de que consta cuando nos presentamos a extraños".
"Deplorable es también reunirse en la cocina a charlar y aprovechar la tertulia para proceder a cortarse las uñas de los pies".
"La severidad de esta regla se acentúa cuando permanecemos en el dormitorio, en donde no podemos permitirnos ningún desahogo, como quitarnos los calzoncillos o las pantaletas delante de padres o hermanos. Siempre debemos cubrirnos con honestidad incluso cuando sólo tenemos por testigo a Dios".
"Al bañarnos en público las damas deben llevar las pantaletas debajo del bañador, y los caballeros, bajo ninguna circunstancia, se deben desprender de los calzoncillos".
Las normas de Manuel Antonio Carreño eran sagradas en las escuelas.
Las damas en Macuto usaban unas camisas de baño y debajo unas pantaletas largas amarradas en los tobillos con trenzas blancas o azules y las madres recomendaban: "Amárrese bien las pantaletas "hija" porque el mar es muy tremendo y si se le sube el camisón se le puede ver todo. Nunca se olvide de Carreño".
El Rey de la Urbanidad, quien insistía mucho en la forma de comportarse en la propia casa, decía: "En cuanto a la mujer, quien debe lucir siempre mayor compostura que el hombre, ya se deja ver que su desaliño en la casa dará muy mala idea de su educación".
"Ningún hombre decente casará con mujer que vaya por la casa de un lado a otro en pantaletas, aunque éstas sean bastante largas para cubrir hasta los tobillos".
Así son las cosas.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
La entrevista no es un monólogo pero tampoco una conversación. Solo debe responder cuando se le pregunta
-
Es de lamentar que los buenos modales hayan caído en creciente desuso con la precipitación y la impaciencia de la vida moderna
-
El canto es un pasatiempo que no sólo está permitido, sino que es al mismo tiempo muy conveniente y puede ayudar mucho a divertir el espíritu de modo muy agradable e inocente a un tiempo
-
Un caballero se ocupa de apartar los obstáculos que bloquean el libre andar de los que van junto a él, inclusive suele acompañarlos en sus movimientos
-
Cae muy mal el menear las piernas cuando se está sentado, pero es insoportable el balancearlas; no debe permitirse esto ni a los niños, tan contrario es a la buena educación
-
A veces hasta parece que ser bueno pasó de moda, que ser decente y honesto es ser tonto cuando es todo lo contrario
-
La costumbre de levantarnos temprano favorece nuestra salud porque nos permite respirar el aire puro de la mañana.
-
Los tratados de urbanidad siempre han existido para las clases pudientes y para guiar los usos sociales de la aristocracia
-
Las señoras no pueden ser invitadas a festines sino por otras señoras, o por un caballero casado en unión de su esposa.
-
Dar una buena educación es una de las tareas más difíciles que pueden tener los padres o tutores para enseñar buenos modales los más pequeños de la casa
-
A veces los malos se presentan en la sociedad con cierta apariencia de bondad y buenas maneras, y aún llegan a fascinarla con la observancia de las reglas más generales de la urbanidad
-
No hay que tomar la costumbre, sin embargo, de escupir con demasiada frecuencia y sin necesidad, lo que no sólo es muy descortés sino que además repugna e incomoda a todo el mundo