El Manual de Carreño
Hay comportamientos no reglamentados pero que la lógica del trato social actual señalan
El manual de urbanidad y buenas maneras de Manuel Antonio Carreño
Ver completo el Manual de Urbanidad de Carreño
Hoy en día, cuando se pautan inéditas normas de urbanidad -urbs, urbe- o reglas para la convivencia en la ciudad, que cambian y se adecuan a la velocidad con que vivimos, el "Manual de Urbanidad y buenas maneras" de Manuel Antonio Carreño quizá sea para muchos un libro pasado de moda, una reliquia de la antigüedad.
Nuevos comportamientos, nuevos modales
Por otro lado, los tiempos modernos y la comunicación electrónica han ido forjando también sus patrones de interacción; y es así como en internet existe lo que se denomina netiqueta, una guía que esboza la manera de proceder en la red en donde, por ejemplo, escribir todo en mayúsculas se traduce como un "gritar" al interlocutor.
Hay además comportamientos no reglamentados pero que la lógica del trato social actual señalan, como el mantener apagado el celular durante una conferencia o un concierto.
Manuel Antonio Carreño (1812-1874), político y escritor, padre de Teresa Carreño y hermano de Simón Rodríguez, recogió en su manual las formas más elementales y las reglas sobre los buenos modales para relacionarse en sociedad.
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El libro comienza con tres capítulos introductorios, "Deberes morales del hombre", en donde desarrolla esas obligaciones para con Dios, para con la sociedad, para con nuestros padres, para con la Patria, para con nuestros semejantes y para con nosotros mismos, puesto que "el hecho de formar parte del género humano ya nos compromete a esos deberes".
Luego de repasar algunos principios generales, se extiende en normas del aseo, sobre el modo de conducirnos dentro de la casa, en diferentes lugares fuera de ella y en sociedad, para finalmente pasearse por las diferentes aplicaciones de la urbanidad. Esta obra fue, durante mucho tiempo, declarada en diversos países hispanoamericanos libro de texto para las escuelas públicas.
La urbanidad, dice la introducción a este manual, es virtud o manifestación de virtud: reflejo exterior de realidades interiores, la intención de integrarse positivamente en la vida ciudadana convertida en hechos.
¿Estará ciertamente esta obra tan "pasada de moda" como algunos opinan? Juzgue el lector.
Hábitos que son considerados de mal gusto
- Chuparse o morderse un mechón de pelo .
- Morderse las uñas o cutículas.
- Sentarse con las piernas separadas o con las piernas cruzadas o torcidas de una manera poco convencional.
- Masticar chicle mientras habla o con la boca abierta.
- Fumar en la calle o hacerlo sin haber pedido permiso a los presentes, especialmente a sabiendas de que el olor a cigarro puede ofender o incomodar a alguien.
- Tener un cigarrillo en los labios mientras habla.
- Hacer que los demás se sientan culpables o incómodos mientras comen algún delicioso postre solamente porque usted debe abstenerse debido a alguna dieta.
- Rascarse o pellizcarse la cara.
- Cometer la indiscreción de hacerle alguna pregunta íntima a alguien en voz alta: ¿Es eso una peluca?
- Usar un cepillo o peine sucios.
- Aplicarse maquillaje o peinarse en la mesa de comer.
- Usar rulos en el cabello en público.
- Llevar esmalte de uñas descascarado, uñas partidas o maltratadas o, peor aún, sucias.
- Una línea demasiado dramática y notable que delimite claramente dónde termina el maquillaje y dónde comienza el color natural de la piel.
- Hablar demasiado o en detalle de excentricidades personales: operaciones, enfermedades, neurosis, alergias, accidentes, etc.
- Comer ruidosamente haciendo gestos exagerados.
- Introducir pedazos de comida demasiado grandes a la boca.
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Venezuela es cuna de gente maravillosa. Lo demuestra la valentía, el espíritu emprendedor y la entereza que caracteriza a cada uno de sus ciudadanos
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Las señoras no pueden ser invitadas a festines sino por otras señoras, o por un caballero casado en unión de su esposa.
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Para que los vestidos sean adecuados es preciso que le vayan bien a la persona que los usa y que sean proporcionados a su talla, a su edad y a su condición
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La moderación es la reguladora de los modales exteriores, así en el hombre como en la mujer.
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Hay que tomar buen cuidado, estando en compañía, de no oponerse a las opiniones de los demás.
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Los cumplidos deben hacerse de manera natural, sin afectación, y sin que parezca que han sido preparados.
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Hay otras diversiones que no están permitidas al cristiano en modo alguno, ni por las leyes de la religión ni por las reglas de la cortesía
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Hombres y mujeres van a los bailes para bailar y disfrutar del baile, y las anfitriones invitan a sus amigos porque quieren que éstos se diviertan.
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El hombre de buenos principios no sólo sabe conducirse dignamente con las personas con quienes está relacionado, sino que tributa también sus consideraciones a la sociedad entera.
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Al retirarnos a nuestro aposento debemos despedirnos cortés y afectuosamente de las personas de nuestra familia y de cualquier otra que pudiera haber en la casa
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Cae muy mal el menear las piernas cuando se está sentado, pero es insoportable el balancearlas; no debe permitirse esto ni a los niños, tan contrario es a la buena educación
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