Buen espíritu deportivo. Saber ganar. Saber perder.
En el juego hay que seguir las reglas, no hacer trampas y comportarse de manera deportiva y educada.
Convivencia Social. Formación Familiar y Social.
Comportamiento en el juego.
NOTA PARA LA PROFESORA.
Conviene que la profesora, para, hacer más viva, la lección, la realice a través de un partido de baloncesto o de cualquier otro juego. Lo esencial de esta lección es hacer resaltar cuando se sabe ganar y cuando se sabe perder, "qué es una trampa" y que siempre una muchacha debe guardar cierta, compostura en el juego.
Se da un ejemplo, explicando la lección a través de un juego cualquiera. Por otra parte, si las alumnas no lo conocen, es un juego práctico que tal vez resulte divertido enseñar, ya que admite un número indefinido de niñas y no exige una preparación especial, ni un campo con medidas determinadas, ni un reglamento estrecho.
Saber ganar. Saber perder.
La "batalla" es un juego de pelota. Tiene que haber dos capitanas, y éstas tienen que ser hábiles para agarrar la pelota en el aire. Cada capitana forma un equipo y tiene derecho a ir escogiendo por turno la mitad de las niñas de su clase. (Lo primero que hace la profesora es nombrar las dos capitanas.) Estas pueden ser...: María y Teresa; ellas son las dos capitanas. Y van eligiendo su equipo. Cada cual, por turno, va nombrando y eligiendo a las niñas que les parecen más hábiles. Al final queda el pelotón de las torpes, y María y Teresa no saben a cuál ya elegir...
Por úitimo, sólo quedan en la clase dos niñas: una se llama Anita y otra Isabel. Son las más torpes de la clase para esto del juego. Una se la lleva María a su campo y otra se la lleva Teresa. Pobres Isabel y Anita, tienen que dominarse para no llorar... Nadie las quería para su equipo.
La verdad es que Anita e Isabel están un poco avergonzadas de ser las peores entre las peores jugadoras, pero saben poner a mal tiempo buena cara, o sea, que saben perder. Piensan que en este curso van a enfrentarse y a mejorar y a perder su fama de malas jugadoras. Tienen, por lo tanto, lo que se llama "un buen espíritu deportivo".
Perder con resignación y buen humor es "saber perder".
Todas las partidarias de Teresa llevan brazalete blanco, y las de María, brazalete azul. Estos equipos sirven para todo el curso, y, al final del año, el equipo ganador puede organizar una excursión o marcha al campo.
Cualquier terreno llano de doce o quince metros cuadrados puede servir, y la disposición del campo corresponde a la figura A.
Cuando empieza el partido, los dos equipos están en el cuadro número 1 de la figura A.
El árbitro o la profesora (+), vuelta de espaldas, lanza la pelota, desde el cuadro número 2 (la pelota es de goma, un poco mayor a una pelota de tenis), al cuadro número 1. La más ágil de cualquiera de los dos equipos, pero nunca la capitana, trata de agarrarla, y la niña que consigue agarrarla en "el aire", y sin botar en el suelo ninguna vez, pasa al cuadro número 2.
Figura A. La distancia entre los dos cuadros es de cuatro a cinco metros, aproximadamente.
Si esta niña es del equipo blanco, trata de echarla a su vez a una de su equipo, procurando lanzarla, a una de las jugadoras más torpes, ya que el equipo ganador será el primero que pasa en su totalidad al cuadro número 2.
Desde el momento que la pelota la tiene en el campo número 2 una "blanca", por ejemplo, todas las azules del campo número 1 se ponen a tratar de agarrar a su vez la pelota y a colocarse delante de las blancas para impedirles agarrar la pelota y quitársela en el aire.
La que lanza, la pelota desde el cuadro número 2 debe ser hábil, aparentar lanzarla hacia la izquierda, pero luego echarla, en cambio, hacia la derecha. El juego debe ser rápido, y a medida que van pasando niñas al cuadro número 2 la lucha se establece por igual en ambos lados.
Cuando la pelota es lanzada desde el número 2 al 1 y nadie la coge en el aire, sino que en la lucha cae al suelo, la niña que la coge del suelo la larga al número 2, naturalmente, a una de su equipo; y, por tanto, asi también se lucha por obtenerla; pero en el número 2 da igual agarrarla en el aire que en el suelo.
Lo importante del juego es que para pasar al cuadro número 2 hay que agarrar la pelota en el aire y sin salirse de la raya. Si se coge la pelota en el suelo o después de botar, ya no vale, y la niña que la coge del suelo la lanza, al cuadro número 2, procurando que la coja una niña de su equipo.
Si la pelota se coge fuera de la raya, es falta, y la lanza el árbitro, de espaldas.
De todo esto se deduce que las torponas, para agarrar la pelota, suelen sufrir las invectivas de sus compañeras.
"¡A ver, Isabel, si te despabilas! ¡A ver, Anita, si no nos haces perder!"
Pero lo más deportivo es decirles: "¡Animo, Anita!. ¡Valiente, Isabel, adelante!", o sea, animar en lugar de humillar, porque es antideportivo y de mala educación humillar al que pierde en el juego.
Figura B. Sólo quedan cuatro chicas en el número 1. Generalmente, las capitanas, Teresa y María, se quedan para las últimas, tratando de quitar enemigos a sus partidarias.
Es un juego un poco fuerte; sin agarrar, se permite empujar con el cuerpo, siempre que no se coja al enemigo. Ahora quedan una sola blanca y tres azules. Lo más probable es que gane la blanca. Pero las tres azules le impiden agarrar la pelota con gran destreza. Por fin, tras dura lucha, y con un salto muy ágil y rápido, Teresa, la capitana blanca, ha cogido, por fin, la pelota, y con ella todo su equipo ha pasado al cuadro número 2. El equipo blanco ha ganado.
Pero Teresa ha luchado tanto para agarrar la pelota y está tan rabiosamente excitada, que al agarrarla la enarbola orgullosamente. Y casi la refriega groseramente por la cara de María, la capitana, azul. ¡Qué gesto más poco deportivo!. ¡Esto es no saber ganar!.
Hay quien no sabe ganar y hay quien no sabe perder.
Figura C. Todas las blancas han pasado al cuadro número 2, y han sanado, por tanto. Pero lo más importante es ganar generosamente, sin alegrarse de la humillación del vencido.
Hay que decirle, por ejemplo: "Hasta la próxima lucha, y conste que, aunque te he ganado, te tengo miedo, pues me has hecho luchar bastante", o cosa por el estilo. El que pierde habiendo luchado hasta el fin, ha perdido con honor.
¿Está bien hacer trampas?
Lo importante es no hacer trampas. ¿Pues de qué sirve ganar por fuera, si uno sabe que lo ha hecho falsamente?.
La trampa es indigna. En cambio, la jugadora torpe, pero tenaz y alegre, acaba mejorando su juego, y si sabe llevar las bromas de sus compañeras, se hace simpática y popular.
¿Se debe despreciar a las que son torpes?
Es poco deportiva y mala compañera la que desprecia a una jugadora torpe. Cada cual tiene sus defectos, y la agilidad y la destreza es como la belleza y la salud: la que la tiene debe dar gracias a Dios porque a El, se la debe, y no debe despreciar a la que es inferior en estas cosas, sino animarla y ayudarla a mejorar. Esto es lo deportivo y lo caritativo.
El juego hay que jugarlo limpiamente, sin dar golpes, zancadillas, sin lastimar físicamente, sin descomponerse de manera excesiva.
EJERCICIO.
Las niñas copiarán del encerado los gráficos del juego. Y liarán un partido, dirigido por su profesora, que hará resaltar las cualidades esenciales de deportividad. Es decir, la buena educación del juego.
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