Cómo comportarse cuando alguien llega a una reunión o sale de ella. Recibir y despedir
Si el que llega es alguien que quiere hablar, se le puede hacer entrar; y cuando entra, la persona a quien quiere hablar debe levantarse y recibirle de pie y descubierto

foto base rawpixel - Pixabay
Reuniones, tertulias y conversaciones: saber recibir y despedir
Aquella urbanidad
Cuando se está en una reunión y llega alguien al que se debe tener consideración, si es una persona superior a aquéllas con las que se está, se debe pedir humildemente permiso a la compañía para ir a cumplimentarla, y luego dejar el grupo para ir a recibirla. Si esta persona es inferior, se debe permanecer en el grupo y contentarse con levantarse cuando ella entre en el lugar en que se está, y hacer reverencia, o algún otro signo que muestre nuestra cortesía; en tal ocasión, cuando la persona que llega merece algún honor, se debe siempre interrumpir el discurso, el juego y todo lo demás, y todos deben levantarse, hacerle la reverencia y permanecer de pie y descubiertos, hasta que esta persona se haya sentado.
La cortesía quiere también que se le ofrezca el lugar debido a su calidad, y que se le diga en pocas palabras lo que se decía y hacía antes de su llegada; cosa que debe hacer el dueño del lugar, o el que había comenzado la conversación.
Si el que llega es alguien que quiere hablar, se le puede hacer entrar; y cuando entra, la persona a quien quiere hablar debe levantarse y recibirle de pie y descubierto, aunque no sea más que un lacayo que quiere hablar de parte de una persona a la que se debe respeto.
Te puede interesar: Las presentaciones. Cómo hacer las presentaciones
Cuando alguna persona sale y deja el grupo, todos deben levantarse y hacerle sitio; una vez la haya saludado, el grupo como lo exija su categoría, el dueño del lugar debe pedir permiso al grupo para acompañarla, caso que esta persona sea de más rango que las que quedan, si no, debe simplemente pedir excusas al que sale, sin dejar el grupo.
No siempre es cortesía acompañar preferentemente a los que salen, antes que a los que se quedan.
Cuando se entra o sale de un grupo, no hay que pasar por el medio del mismo y delante de los que lo componen; mas, una vez se haya saludado a todos, se debe pasar por detrás, si ello es posible; si no se puede hacer cómodamente, hay que pasar por el medio, pidiendo excusas e inclinándose un poco para saludar al grupo.
Cuando alguien entra en un lugar en el que hay un grupo, si sus miembros se levantan y lo cumplimentan, es deber suyo saludar al grupo y no tomar ni el primer lugar, ni el asiento de otro: no debe tolerar que ninguno del grupo le traiga un asiento; sino que debe ocupar el último lugar y escoger, si es posible, un asiento que esté por debajo de los otros. Si con todo se le obliga a ocupar un sitio más honroso, no debe rehusarlo obstinadamente, sobre todo cuando en el grupo no haya ninguna persona que sea de condición muy superior a la suya.
Cuando alguien sale de un grupo, debe hacerlo de manera muy conveniente, sin permitir que se interrumpa la conversación, ni lo que se haga, ni que se levanten los demás, ni que el dueño del lugar deje su sitio para acompañarle, a menos que razonable o absolutamente no lo pueda impedir.
-
1544

Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Cuando se visita a alguien, si la puerta está cerrada es muy descortés golpear fuerte, o dar más de un golpe.
-
Es bien entendido que la dueña de la casa pondrá todo el cuidado posible en romper el hielo entre los invitados, presentando a todos los que no se conozcan.
-
El hombre juicioso sigue la moda sin afectación, y procura que se advierta más bien en su modo de vestir un buen gusto, que lo que se llama última moda.
-
Estas reglas de urbanidad están escritas para orientar un poquito a la juventud rural en lo más elemental.
-
Los charlatanes se hacen callar no dando pávulo a sus palabras, del mismo modo que un tocador de violín para a los bailarines cesando de tocar.
-
Los hombres que fuman, y es preciso confesar que en el día es la mayor parte, los hacen solamente por la mañana.
-
La obra, pues, que vamos a presentar al público se compondrá de cuanto pertenece al modo de presentarse y de conducirse en el mundo.
-
Es gustosa la burla; sobrado saberla sufrir, es argumento de capacidad. Da pie el que se pica a que le repiquen.
-
El templo es la casa del Señor. Es un lugar de oración y recogimiento, donde se debe guardar silencio
-
El vestido fijaba muy a menudo la posición de las distintas clases sociales.
-
El trato con las personas mayores, el respeto y la obediencia.
-
Ofendemos a otro, en la persona matándole, hiriéndole, maltratándole, tratádole con desprecio o insolencia, molestándole o inquietándole de cualquier manera.
