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C. La sociología de Norbert Elias: Programa teórico y teoría del proceso civilizatorio. III.

La civilización del comportamiento. La sociología de Norbert Elias: Programa teórico y teoría del proceso civilizatorio.

La civilización del comportamiento. Urbanidad y buenas maneras en España desde la Baja Edad Media hasta nuestros días
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El otro elemento de la dicotomía es el de sociedad. Del mismo modo que sucedía con el concepto de individuo, puede otorgársele a la sociedad el estatuto de realidad total y así pergeñar una noción de ser humano determinado por constricciones sociales. Este modelo de ser humano es el que Elias conoce con el nombre de Homo Sociologicus, propio de las tradiciones marxista y durkheimiana. Simultáneamente, emergería un arquetipo de sociedad como ente autónomo e independiente de los actos individuales.

El siguiente cuadro presenta de manera esquemática cómo se entiende el objeto "individuo" y el objeto "sociedad" desde una óptica substancialista, ya sea próxima al "individuo", ya sea próxima a la "sociedad". También acusa recibo de las corrientes teóricas que quedan de uno u otro lado de la dicotomía y del modelo de ser humano al que abocan.

Perspectiva sustancial Objetivo Objetivo Corriente teórica Modelo de ser humano
         
Individuo

Individuo

Auténtica realidad

Entidad claramente diferenciable

Sociedad

Cúmulo de unidades aisladas

Individualismos metodológico Homo Clausus
Sociedad

Unidades
homogeneizadas

Unidad
determinada por
constricciones
sociales

Entidad autónoma
y real

Leyes de
autoregulación
específicas

Holismo sociológico

Marxismo

Homo sociologicus

 Cuadro 1. El objeto de la sociología desde perspectivas substancialistas.

Para la superación de esta dicotomía, Elias sugiere enfatizar la interdependencia como rasgo central de las relaciones entre los individuos. Se accede de este modo a una comprensión de la sociedad como entramado móvil y cambiante de interdependencias que vinculan entre sí a los seres humanos:

"Para aquellos seres humanos para los que resulta absolutamente obvia la idea de que su propia persona, su 'ego', su 'yo', o cualquiera que sea el nombre que se le dé se encuentra encerrado en su 'interior' frente a los otros seres humanos y cosas, existiendo por sí mismo frente a lo que hay fuera, resulta muy arduo admitir la importancia de los hechos que demuestran que, desde pequeños, los individuos viven en interdependencia." (Elias, 1987:33)

Este énfasis en la interdependencia como elemento constitutivo de la vida humana le lleva a confeccionar un concepto que entiende supera la dicotomía hasta ahora tratada: el concepto de configuración (He optado por configuración puesto que así aparece traducido en la versión que manejo de La sociedad cortesana. Aquí figura por primera vez en toda su obra dicho concepto que también puede encontrarse traducido como figuración (Nota: [Cfr. Elias (1999:147-160)] o composición [Cfr. Elias 1987:44-45)]).

Con el concepto de configuración, Elias señala las formas específicas de interdependencia que ligan unos seres humanos con otros. Las diferencias existentes entre una u otra configuración se deben a la longitud y complejidad de las cadenas de interrelaciones que vinculan a los seres humanos. La configuración como entramado de interdependencias vendría a sustituir y superar nociones substancialistas como las de "individuo" o "sociedad" integrando ambas en un nuevo arquetipo, el de configuración, esencialmente caracterizado por la interdependencia. La interdependencia no supone la existencia de dependencias recíprocas equilibradas e iguales entre las personas. Las personas no gozan de una autonomía total sino que en función de las relaciones que se desarrollen puede poseerse un grado superior o inferior de autonomía siempre relativa. Existe una compleja red de interdependencias en cuyo seno el hombre se encuentra con un margen de acción concreto debido a los límites que impone la propia configuración.

La interdependencia, tal y como la formula Elias, presupone una noción de poder entendida no al uso conspirativo o impositivo sino de una manera relacional. Observar el poder desde una perspectiva conspirativa-impositiva permite realizar afirmaciones del tipo "esta persona acumula o tiene mucho poder". Para Elias, afirmaciones de semejante naturaleza son un despropósito. El poder es una relación asimétrica que se establece entre quien domina y es dominado en la que tanto uno como otro tienen poder sobre el prójimo aunque en diferente medida. Aquél que acumula mayores oportunidades de poder incrementa su margen de acción teniendo siempre presente que se encuentra bajo los dictados de la configuración que integra y las relaciones de interdependencia que en ella le ligan a otras personas (Nota: Elias muestra empíricamente la naturaleza relacional del poder en su estudio sobre la sociedad cortesana e intenta sistematizarla teóricamente en los modelos de juego que incluye en su Sociología fundamental. Véanse Elias (1982:107-158, 159-196) y Elias (1999:85-122) respectivamente). El objeto de la sociología lo constituiría el estudio de estas configuraciones; integradas por personas, sus intercambios y las relaciones que allí se desarrollan (Nota: Dice Elias: "La imagen del hombre que se necesita en el estudio de la sociología no puede ser la de un hombre aislado o la de un homo sociologicus. Es manifiesto que el punto de partida para el estudio de la sociología es una imagen del hombre en plural, pluralidad de hombres en tanto que procesos abiertos e interdependientes". Elias (1999:146)).

En síntesis, el programa teórico eliasiano, articulado alrededor del concepto de configuración, distingue los siguientes principios fundamentales (Mennell y Gousblom, 1998:39):

a)  El objeto de la sociología lo integran los seres humanos en plural, los cuales se hallan bajo variadas formas de interdependencia. La vida de los seres humanos es mediada por la configuración en la que se integran.

b)  Las configuraciones se encuentran en movimiento continuo, pudiendo experimentar cambios puntuales o sincrónicos o cambios a largo plazo o diacrónicos.

c)  Los cambios diacrónicos de las configuraciones no son ni planeados, ni previstos ni responden a tipo alguno de planificación racional a cargo de los individuos que conforman la configuración (Nota: Abordaré esta cuestión del cambio de configuración en el epígrafe 2.2, dedicada al estudio de la noción eliasiana de cambio social).

Así pues, el concepto de configuración pone el acento en 1) la estructura como entramado que interrelaciona a los individuos, 2) en la procesualidad y 3) en la interdependencia (Ramos, 1994:39; nota 36):

La noción eliasiana de configuración no escapa a la crítica. Inicialmente cabe matizar su supuesta novedad. Elias vió en el concepto de configuración una promesa de síntesis y superación teórica gracias a los contenidos que le dan forma: procesualidad, poder e interdependencia. En la centralidad de esos contenidos radicaba, para él, su novedad. Sin embargo, corrientes sociológicas como el interaccionismo simbólico o la etnometodología también tienen en cuenta dichos contenidos al postular que el "yo", el significado o el comportamiento están ligados a procesos de interdependencia social. Interaccionismo simbólico y etnometodología ya habían argüido contra el funcionalismo que la realidad social no debía ser entendida como algo estático o independiente sino como un proceso (Layder, 1986:372). Elias ignora la aportación de estas escuelas sociológicas; hecho que le permite celebrar la ficticia novedad del concepto de configuración.

 

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