Buenas tardes a tod@s.

Iba a hacer una pregunta similar a la que ha hecho Juan Francisco. Cómo decir que no. Ya me han respondido: diré me es imposible asistir, espero que lo paséis muy bien.

Nunca he tenido problema en asistir a celebraciones de amigos. Por el contrario, he ido muy contenta.

Mi problema es con los eventos familiares y no es exactamente que me moleste ir.

Mi problema es que me molesta profundamente que sólo se acuerden de mi existencia para tales eventos.

Estoy invitada a una boda familiar este verano, un primo carnal, al que debo haber visto media docena de veces. A su futura esposa, sólo la he visto una vez, en el funeral de mi abuela.

Sinceramente, me agobia que me inviten a bodas de desconocidos, por mucho vínculo genético que tengamos.

Me agobia mucho el tener que decir que no. Me agobia que me pongan en esta situación, donde me siento tan ridícula.


Muchos saludos.

Pués yo si díría una mentirijilla, pero depende de quien se trate. Si la comunión es de un familiar, no hay motivos que valgan (solo los de salud con los cuales no hay que jugar), y si es un conocido o amigo, pués puedes decir que el mismo día hace la comunión un familiar, jeje.
Saludos

Sea honesto, consecuente, digno de sí mismo y diga lisa y llanamente que por motivos o convicciones personales -si las tiene- no podrá asistir (no es necesario precise qué motivos ni qué convicciones). Y luego no olvide que no deberá tomar de los demás lo que no está dispuesto a entregarles.

Juan Francisco, una cosa es la teoría y otra la práctica. Es muy teórico y utópico decir que es mejor decir la verdad. Pero hablando con el lenguaje de la calle eso solo genera malos rollos. El protocolo (se que me van a poner verde) tiene un componente importante de hipocresía y disimulo. Por eso hay que utilizar las excusas, las mentiras piadosas y la diplomacia, para capear estas situaciones y otras muchas bastante más incómodas, sobre todo en cuestiones de protocolo con los políticos, por poner un ejemplo.

Lo mejor es alegar un compromiso previo. Una indisposición es algo más delicado, sobre todo si se hace a última hora trastocando los planes de los anfitriones. Mi consejo, personal, es que las excusas que alegues sean creibles, sinceras, cuando sea posible, y nunca revestidas de una fantasía desbordante que las haga poco reales.

El Protocolo es: Público, Oficial, Diplomático y de las Casas Reales (unido a la Etiqueta)

La Comuniones no pertenecen al mundo del Protocolo, pertenecen al Ceremonial Eclesiástico y Social.

Sobre este mundo del Protocolo: ¿dónde queda?

La excusa del compromiso previo es tan usual que, aun de ser cierta, se recibe prejuiciosamente, de suerte que, si no se descree de ella, se pone cuando menos en duda.

Basta decir no se puede asistir por razones personales, sin precisarlas, porque la invitación no obliga a la asistencia: conlleva -debiera conllevar- tanto su aceptación como su declinación.

Y esto, tan simple, no es utópico: lo utópico -y entiéndase bien- sería que no hubieran comuniones -y entiéndase: sus plumas, no su esencia.

Pero puestos a concebir las cosas como sugiere Juan Carlos, invéntese las excusas más inverosímiles, y no lo contrario, no solo porque son todavía menos creibles y más ineficaces, sino por su carencia estética.

Y, bueno, cada uno sabrá de quién se rodea, por qué no puede ser honesto.

En nuestra disciplina cuando no se acepta una invitación basta decir que no se concurrirá.
No es necesario mentir.La mentira piadosa no existe.Es mentira.No hay dar razones: que mi nieta llega de Alicante y debo pasar a recogerla y que luego iremos a comer, etc.etc.
Todo eso está de más.

"NOS ES IMPOSIBLE ASISTIR"

¿Hace falta más?

Hace 30 años que enseño Ceremonial, creo que facilita la convivencia y ayuda al buen entendimiento de los hombres que vivimos en sociedad, por esa razón me ofende que alguien pueda reducirlo a ser una especie de usina de excusas.