La vida social tiene sus reglas y sus obligaciones, si nos molestan y decidimos apartarnos y actuar "a nuestro aire", debemos afrontar las consecuencias que inevitablemente esto traerá a nuestra vida social.
Cuando nos invitan a una boda, debemos asistir a la ceremonia religiosa y a la fiesta.
Si por alguna razón no podemos ir a la iglesia, nos disculpamos.
Los amigos forman parte del círculo social de una persona, la familia es otro tema y para este segundo grupo la obligación de participar junto a los novios de la ceremonia religiosa, es eso, una obligación fuera de discusión, luego festejarán con ellos.

Eso es, Lidia, decir las cosas con claridad y ante todo, con altura y fundamento.
Enhorabuena por tus aportes.

No olvides, Marisa, que tu entorno social es elección tuya, y dice, además, de ti. También los invitados: parte de la responsabilidad, en eso que llamas morro, es tuya -o de tu marido, o de vuestras respectivas familias. Los invitaste teniendo ya morro: no somos tan ingenuos, a estas alturas, como para sorprendernos: mentirse es un mezquino consuelo.

Compartieron, por demás, lo importante: el festejo nupcial, porque el sacramento del matrimonio -lo religioso- solo debería haberos concernido a ti y a tu marido, que sois quien lo recibís -y a Cristo Vuestro Señor, obviamente-.

Ve la gravedad donde la hay, y no al revés, sonríete: cumplieron su obligación: festejar con vosotros.