Tengo una oficina en una casa independiente, con escaleras en la entrada y viendo un reportaje sobre la Moncloa hablaban de que el Presidente Zapatero recibe de manera distinta según de quien se trate y de la cordialidad que le une a esa persona. A unos les saluda desde lo alto de la escalinata cuando aún no han llegado, a otros los saluda al terminar de subir las escaleras, a otros baja a recibirlos al pie de la escalera ... en fin, que me he liado.
¿Yo donde debo recibir a la visitas? ¿Donde es correcto? ¿Arriba, a media escalera, al pie de la escalera?. Gracias por adelantado.
Navero
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Educación y saludo.
Nvaero
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RE: Educación y saludo.
14/02/08 00:00
Muchas gracias por las respuestas. Y, jejeje, no tengo aspiraciones políticas.
Pilar
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RE: Educación y saludo.
13/02/08 00:00
Los jefes de estado a la hora de recibir y saludar a sus colegas, gradúan sus desplazamientos de bienvenida, intensidad de la sonrisa, efusividad del abrazo, según el estado de las relaciones con el visitante o con el país que representa.
En la vida profesional y laboral privada, no enviamos esos mensajes propios del mundo oficial y diplomático.
Tal vez usted tenga el secreto deseo de llegar algún día a ocupar esos puestos, le deseo todo el éxito del mundo.
En la vida profesional y laboral privada, no enviamos esos mensajes propios del mundo oficial y diplomático.
Tal vez usted tenga el secreto deseo de llegar algún día a ocupar esos puestos, le deseo todo el éxito del mundo.
Anónimo
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RE: Educación y saludo.
12/02/08 00:00
El palacio de La Moncloa no es la oficina del presidente del Gobierno sino su residencia oficial. Recibe, pues, como un anfitrión a sus visitas.
Su caso es diferente: se trata de una oficina, por más que se halle en un edificio. No son visitas, sino clientes, que entran solitos, como se entra en los despachos de los abogados y en las sedes de los bancos y en las clínicas de cirugía estética. Hay porteros, conserjes, recepcionistas. Puede, si quiere, acompañarlos hasta la puerta cuando los despida; pero no salir ni, mucho menos, despedirse a pie de coche.
Si lo quiere hacer de otro modo, preséntese a las elecciones.
Su caso es diferente: se trata de una oficina, por más que se halle en un edificio. No son visitas, sino clientes, que entran solitos, como se entra en los despachos de los abogados y en las sedes de los bancos y en las clínicas de cirugía estética. Hay porteros, conserjes, recepcionistas. Puede, si quiere, acompañarlos hasta la puerta cuando los despida; pero no salir ni, mucho menos, despedirse a pie de coche.
Si lo quiere hacer de otro modo, preséntese a las elecciones.