El unico agasajo que estamos "obligados", con sus excepciones, a ofrecer a los invitados cuando uno de ellos lo trae es un dulce o postre. El vino no tiene porque abrirse al igual que las flores no tiene porque colocarse como centro de mesa.

Un saludo,

Si como dice Ana es un buen vino, yo lo pondría con un buen aperitivo; por ejemplo, con un buen plato de jamón ibérico.

Yo opino lo mismo que Juan Carlos. Incluso más por lógica que por protocolo.


Muchas gracias.

Hola Ana:
yo no es que te vaya a contestar sino que te hablo desde la otra parte, es decir, yo he tenido el caso en el que yo he sido quien ha llevado el vino y aquel día no lo tomaron. La verdad, me hubiese gustado que lo tomasen conmigo. Tambien reconozco que es complicado porque tal vez lleves vino blanco cuando es conveniente el tinto o cosas asi. A ver qué te dicen, también me gustaria saberlo.
Saludos

Ana, lo mejor es reservarlo para otra ocasión, no sin antes agradecer el regalo y posponer su disfrute para una ocasión posterior. Por lo tanto lo puedes disfrutar con ellos en una ocasión posterior. Otra opción es ponerlo como vino para el aperitivo.

Normalmente no se toma en esa velada por varias razones:

1. Porque los anfitriones ya tienen preparado un menú con sus correspondientes vinos.

2. Porque tu vino, seguramente, no llega en las condiciones óptimas de temperatura para tomar.

3. Porque la cantidad puede no ser la suficiente para el número de invitados previsto.

4. Y por último, porque suponte que los anfitriones tienen que hacer lo mismo con el vino que les llevan todos los invitados, sería una auténtico muestrario de vinos.