Bien dicho.

... especialmente si comes pure de guisante ¡mucho más ameno, donde va a parar!

También puedes comer de todo y si no es de tu agrado, vomitarlo sobre el resto de comensales -tipo "la niña del exorcista"-. No cabe duda que sería un día para recordar

En el caso de ser alergica a cualquier alimento, estas en tu total derecho de no probar bocado; también en el caso de que una comida en particular no te siente bien (por ejemplo, yo por la noche no puedo comer huevos fritos ni nada con tomate ¡me pongo a morir!: ¡hablamos de salud!. Además, ¿como se sentiría la anfitriona si luego se entera que te has puesto mala?

En el caso de que no te guste, estoy de acuerdo con mis compañeros, por eso es mejor siempre servirte una cantidad pequeña y, si te gusta, repetir.

Yo, cuando organizo una reunión en casa, para evitar este tipo de situaciones, lo hago tipo coctel: cinco o seis platos sencillitos, sin muchas especias o salsas y variados) de los cuales cada uno se sirve lo que quiere y como quiere, en vez de primero y segundo; en caso de optar por la segunta opción, tanteo con los comensales el tipo de comida.

No dejes que tus gustos culinarios limiten tu vida social: la gente es más comprensiva de lo que parece ¡todos tenemos un plato con el que "no podemos"!

Un saludo,

Antonia, con lo cuentas lo mejor es que no hagas vida social y te quedes en casa, jejeje.

No es cuestión de halagar o rechazar, sino de sentido común. ¿ Te puedes imaginar a todo un comerdor haciendo lo mismo ?. A mi no me gusta la cebolla, a mi el pescado, la carne está poco hecha, no me gusta la guarnición, la salsa sabe a especias, la mayonesa tiene ajo ...

Hay que aprender a comer un poco de todo aunque no guste demasiado. Y no hay porque alabar un plato que no gusta, o que a nuestra forma de ver está mal concinado. Simplemente se calla uno (como decía mi madre, "a veces, callado uno, está más guapo").

Y no debes preguntar nunca por el menú antes de aceptar una invitación. Se va por la buena compañía y compartir un buen momento no por comer algo que nos gusta (hombre si encima hay una buena cena, mejor).

Resumiendo, como decía al principio, si eres "tan especial" la vida social no está hecha para ti.

Un buen anfitrión nunca te servirá la carne si antes preguntarte si te gusta poco o muy pasada; por tanto, en ese caso y otros muchos la culpa del desarreglo social lo tiene quien invita aunque no se de cuenta. Lo mismo digo para platos que se presentan con salsas muy condimentadas, picantes, o sabores exóticos. Ley Universal de la cocina social: Nunca le tomes al comensal por conejillo de Indias. resulta peligroso.
Aparte de esto, no es aconsejable rehusar una tortilla porque tenga cebolla; siempre hay algún truqillo para poner en práctica:
- "Lo siento, me duele un poco el estómago, tomaré sólo una pequeña porción".
En protocolo social, lo imprevisto, si sucede, también debe estar previsto.

A mí me han pasado cosas parecidas, recuerdo un día en el que me invitaron a comer "gachas", no lo he pasado peor en mi vida. Mi novio decía que estaban deliciosas, y todo el mundo parecía estar encantado con la cocina tradicional de la abuela, me decían que le hechara miel..ummmm, puaj, que mal rato pasé. En fin, aguanté como una campeona, me lo comí casi todo, aunque sí recuerdo que cuando me preguntaron qué me parecía la comida no mentí, dige que no era una cosa que me gustara demasiado, pero que estaba bien el hecho de probar platos de la comida tradicional andaluza.

Estoy de acuerdo con el amigo Juan Carlos en que no se debe preguntar el menú cuando nos invitan a comer, uno se aguanta y ya está, si te sirves tú mismo y no te resulta atractiva la comida, te hechas menos con la escusa de que no acostumbras a comer mucho, y si te sirve el anfitrión/na, pues le dices que te sirva poquita cantidad con la misma escusa. Comer algo que no nos gusta, excepcionalmente, no es un problema grave.

Saludos, Nerea.

Ya, bueno... eso es lo que hago, comer y callar pero siempre me queda la duda. No soy amiga de reuniones con motivo de una comida cuando no es un restaurante pero a veces es inevitable: una amiga te invita a su casa, que es la de sus padres, y vas encantada hasta que encuentras que el primer plato no te gusta ¡mal comienzo! En un restaurante, pediría otra cosa pero ¡en casa de una amiga????!!! sin respirar¡a comerlo! o recuerdo una vez que me invitaron a comer fabada que me encanta... en mi casa.... dios!!!! estaban super fuertes ¡todavia estoy tomando ENO para superar el ardor de eztomado!

Seguiré vuestro consejo y seguiré haciendo lo que hasta ahora... en el fondo, mi farmaceutica me adora ¡no gano para antiacidos y antigases y antianti!

Muchisissisisisimas gracias!

Estoy de acuerdo con las opiniones, salvo con una frase de Franky "Lo siento, me duele un poco el estómago, tomaré sólo una pequeña porción". Nunca pero nunca hablaremos en la mesa de problemas de salud; prefiero la excusa de Nerea: "que no acostumbras a comer mucho, y si te sirve el anfitrión/na, pues le dices que te sirva poquita cantidad con la misma escusa". Otra más: que por las noches sueles comer frugalmente...
Pero por eso no dejes de tener vida social Antonia.
Totalmente de acuerdo con Juan Carlos: "Y no debes preguntar nunca por el menú antes de aceptar una invitación" y me permito agregar algo. Salvo que experimentes un problema de alergias si ingieres determinados alimentos, en esa caso sí se puede mencionar a la anfitriona que no puedes comer tal o cual cosa. Por ejemplo, mi esposo es alérgico a las setas -aunque las adora- y a veces se encuentra en un dilema ¿cómo comer el plato que se ve delicioso y no ingerir una seta?
Saludos cordiales a tod@s